El 14 de febrero, el Gobierno Nacional y el Fondo Monetario Internacional (FMI) lanzaron el programa ‘Colombia Repunta’, que propone una serie de políticas para impulsar la creación de aproximadamente 765.000 empleos y el crecimiento de la economía en 1,3% para el año 2017.
Entre los pilares de esta iniciativa se destacan la construcción de 101.557 soluciones de vivienda (un 33% más que el año anterior), eliminación de impuestos para la creación de empresas, y una ambiciosa inversión de 9,2 billones de pesos para el crecimiento de las carreteras y vías 4G.
Uno de los objetivos es reanimar el crecimiento económico mediante la inversión en infraestructura y se enfoca en la financiación del posconflicto, que según los cálculos le costará al país aproximadamente $106 billones de pesos durante los primeros diez años. Todo esto en un contexto de reducción de los ingresos fiscales debido a la disminución de los precios internacionales del petróleo.
La iniciativa genera un panorama optimista para el largo plazo, sin embargo, también surge incertidumbre acerca de la situación fiscal actual del país. Jorge Quintero, profesor del IEEC de Uninorte, considera que la iniciativa no pone en riesgo el cumplimiento de la regla fiscal.
'No compromete la regla fiscal principalmente porque, en realidad, no incorpora recursos nuevos; lo que hace es empaquetar un conjunto de acciones que ya se vienen ejecutando o que se tenían contempladas en la reforma tributaria, la cual incrementó los ingresos generados por algunos tipos de impuestos para compensar las reducciones o exenciones que se aprobaron en otros', dice Quintero.
Oportunidad para el Caribe
En este contexto, será necesario generar estrategias puntuales en la región Caribe que adapten estos nuevos lineamientos a las condiciones de la economía. Debe tomarse en consideración, por ejemplo, todo lo que afecta a la región de forma directa o indirecta. Para el caso de Barranquilla —una ciudad portuaria y que cuenta con clústers de empresas aglomerados en diferentes zonas francas—, la iniciativa propone una tarifa unificada para zonas francas de 20% sin pago de parafiscales.
Según Quintero, Barranquilla y la región aprovecharán las medidas dependiendo de la respuesta del sector privado a los incentivos establecidos en el plan, y de la capacidad que tengan los gobernantes locales para gestionar para sus territorios una buena parte de los recursos disponibles desde el orden nacional para ciertos tipos de proyectos.
La iniciativa ‘Colombia Repunta’ también contempla beneficios tributarios para el sector de hotelería y turismo, que según el Dane creció 1,8% en 2016. Medidas que pueden impulsar el sector en la región, principalmente en Cartagena y Santa marta, destinos apetecidos por extranjeros y turistas del interior del país.
Para contrarrestar el crecimiento débil de 2016 en el sector agropecuario (0,5%), se impulsa la Ley Zidres, aprobada un año atrás, que busca la inclusión social del trabajador agrario, aumentar la productividad y fomentar el empleo rural y la seguridad alimentaria.
¿Estímulos suficientes?
Quintero sostiene que no está garantizado que este nuevo plan genere resultados tan positivos como los de los programas Pipe anteriores. 'La explicación está en que este plan no plantea grandes acciones nuevas ni recursos específicos nuevos, sino que recoge acciones que ya están en marcha, como los proyectos 4G, subsidios para la compra de vivienda y las inversiones para infraestructura educativa. Básicamente, lo nuevo está en la reducción arancelaria para bienes de capital y en la destinación de recursos de regalías hacia las vías terciarias', agrega.
Por su parte, Leopoldo Gómez-Ramírez, profesor del IEEC Uninorte, sostiene que las proyecciones estimadas por el plan son solo estimaciones que pueden resultar equivocadas. 'No dudo que el plan contemple que se tomen las medidas necesarias para lograr esos objetivos, pero al final del día la economía colombiana sigue siendo una 'pequeña economía abierta' dependiente, en gran medida, de los vaivenes de la economía internacional', señala.
Queda por determinar si las condiciones generadas por esta propuesta del gobierno serán acogidas y aprovechadas por las diferentes regiones y ciudades del país, teniendo en cuenta que la coyuntura económica mundial —especialmente los choques en los precios del petróleo y el crecimiento económico de las potencias mundiales— afectan al país y pueden interponerse en la consecución de las metas propuestas.