La inflación observada en 2016 no alcanzó el rango meta establecido por el Emisor, como analistas habían previsto. Ayer, según el informe del Índice de Precios al Cosumidor del Dane, la variación anual del IPC en 2016 fue de 5,75 %, mientras que en el año anterior fue de 6,77%. Es decir, la modificación registrada el año pasado fue inferior en 1,02 puntos porcentuales.
El grupo de alimentos tuvo una variación de precios inferior a la presentada en 2015, en 3,63 puntos porcentuales, que se explica por los menores cambios observadas en el precio de la papa, el fríjol, la cebolla, el tomate y otras frutas frescas. El grupo de gasto que presentó la menor variación anual de precios fue vestuario con 3,98 % debido a menores modificaciones en los precios de ropa interior para niños, pantalones para hombre, entre otros.
El grupo de gasto que registró la mayor variación anual fue el de salud con 8,14 % en 2016. Esto se explica por las variaciones positivas en los precios de medicinas, aseguramiento privado, pagos complementarios, otras medicinas y anticonceptivos, entre otros. En 2015 este grupo registró una variación de 5,30 %.
Análisis
De acuerdo con César Augusto Corredor, —vicerrector académico de la Universidad Panamericana y ex director del Departamento de Economía de la Universidad del Norte— el porcentaje de inflación anualizada de 2016 puede tener varias lecturas. 'Por una parte es una cifra que está por encima del rango meta establecido por el Banco de la República (que se ha fijado entre el 2% y 4% anual)', dice. La diferencia entre lo pactado y lo registrado, señala Corredor, se explica por varios fenómenos, entre los que destaca el fenómeno climático de El Niño (por el efecto de las sequías sobre el nivel de precios de los alimentos) y la devaluación del peso colombiano. Agrega que otro hecho que golpeó los precios fue el paro camionero que en julio de 2016.
'Estos aspectos hicieron que la inflación de 2016 fuera todavía relativamente alta', afirma, al compararla con la de 2015, que tampoco alcanzó el rango meta. 'Sin embargo, el comportamiento del segundo semestre del año pasado fue más alentador, ya que los efectos de El Niño se fueron mitigando, lo cual ha mejorado la producción agropecuaria', señala. Así mismo, que el efecto del aumento de la tasa de cambio se ha reducido. 'Eso es lo que en economía se llama el pass-through; qué tanto se transmite el incremento de la tasa de cambio a la tasa de inflación. Este se ha venido disminuyendo, básicamente porque la devaluación se ha reducido en su ritmo de crecimiento', manifiesta.
Dice Corredor, además, que los analistas estiman que para 2017 la inflación se va a ubicar en la parte alta del rango meta (un 4%).
Pero afirma que las alzas importantes en el salario mínimo (que suelen trasladar las empresas a los precios de sus mercancías) y el incremento del precio de los artículos cobijados por la reforma tributaria (que golpearía con más fuerza la economía durante enero y febrero) repercutan en la posibilidad de que enero sea un mes relativamente inflacionario. A partir de los incrementos que se den en enero se empezará a observar una cifra.
Comenta también que además del comportamiento de la economía (la relación entre las variables de oferta y demanda), otro aspecto a tener en cuenta para analizar la inflación son las expectativas que recaen sobre el aumento generalizado y sostenido del precio de los bienes y servicios existentes en el mercado durante un período de tiempo es qué tanto la gente confía en la política monetaria del banco central. 'Si tienen unas expectativas que se ajusten a lo que el Banco de la República esté de alguna manera formulando como meta para este año. Yo creo que ahora, con lo ocurrido en el segundo semestre, las expectativas volvieron a su cauce'.
Juan Carlos Miranda, docente del Departamento de Economía de la Universidad del Atlántico, destaca de que entre los factores de índole interno que incidieron en la cifra de inflación uno de origen político. Miranda afirma que la economía colombiana ha tenido un crecimiento del gasto público, por los compromisos de carácter burocrático que adquirió el gobierno a raíz del proceso de paz y señala puntualmente el plebiscito.
Agrega que el Gobierno se vio abocado a ser laxo en el gasto público, lo que provoca una expansión en la demanda y cuando esta última excede la oferta, hay un crecimiento en el nivel de los precios. Ante esto, dice que el Banco de la República, que controla la inflación vía oferta monetaria, no puede prever cuál será el impacto de un fenómeno político como ese. Comparte el análisis de Corredor cuando señala que el comportamiento del dólar también producido presiones inflacionarias.