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Estados Unidos no busca eliminar empleos en Colombia con el tratado de libre comercio entre los dos países, sino competir con otros productores regionales que le han quitado mercado a los estadounidenses en esta nación andina, aseguró el jueves el embajador de Washington en Bogotá.

El embajador Michael McKinley salió al paso de las advertencias de sectores sindicales y de izquierda colombianos e incluso de algunos gremios productores en torno al riesgo de una inundación de productos agrícolas estadounidenses tras la aprobación la víspera del tratado por parte del Congreso estadounidense.

'Lo que los Estados Unidos quiere es competir con otros surtidores internacionales de productos agrícolas de una forma transparente y que nosotros también tengamos el beneficio de exportar con aranceles más bajos', aseguró el diplomático en una entrevista con la radio Caracol.

Agregó que 'no quitamos la forma de ganarse la vida a los pequeños y medianos agricultores (colombianos)... sino lo que buscamos es competir con los otros surtidores de comestibles que Colombia ya importa'.

McKinley explicó que para entrar en vigencia el tratado debe ser firmado por el presidente Barack Obama, lo que ocurriría en breve, indicó. Luego debe ser traducido oficialmente a ambos idiomas y deben aprobarse en el Congreso colombiano leyes y tratados internacionales sobre asuntos como protección intelectual, entre otros, que fueron parte de las demandas estadounidenses en la negociación del tratado. Tales trámites podrían demorar de seis a 12 meses, según los cálculos del gobierno del presidente Juan Manuel Santos.

El diplomático dijo que Colombia importa de naciones de la región como Argentina, Ecuador y Brasil, productos agrícolas y que en el caso del trigo, los estadounidenses han perdido el mercado colombiano frente a los argentinos.

En Colombia 'Argentina... nos ha quitado casi todo el mercado en el último año, año y medio... tenemos competencia en el mercado de trigo, de soya', dijo McKinley. Sectores sindicales colombianos como la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) afirman que Colombia carece del desarrollo industrial y tecnológico para competir con Estados Unidos y que se podía producir entonces 'una masacre' en el mercado de trabajo colombiano. Colombia tiene una tasa de desocupación de alrededor de 10%, con unos 2,2 millones de desocupados y 19,9 millones de empleados al cierre de agosto, los datos oficiales más recientes.

Dirigentes de izquierda también han cuestionado el tratado. El senador Jorge Enrique Robledo, del partido Polo Democrático Alternativo, dijo que es 'lo peor que le ha pasado a Colombia' desde su independencia en 1819 porque 'le arrebata a Colombia cualquier posibilidad de desarrollarse' al ponerla a competir sin capacidad contra la primera economía del mundo.

'El TLC condena a Colombia... al atraso y a la pobreza, a la desigualdad social y a la desnacionalización de la economía', dijo el senador en un comunicado. No obstante, el gobierno de Santos sostiene que el tratado puede crear en el país al menos 250.000 nuevos puestos de trabajo y elevar 6% las exportaciones a Estados Unidos.

En 2010 Colombia exportó a Estados Unidos 16.917 millones de dólares en productos como aceites de petróleo, flores, café y trajes de vestir e importó desde aquel país artículos por 10.400 millones de dólares, principalmente aeronaves, vehículos de transporte y maquinaria como excavadoras, según datos del Ministerio de Comercio Exterior colombiano.

De enero a julio las exportaciones colombianas al mercado estadounidense sumaron 11.800 millones de dólares y las importaciones de aquel país alcanzaron 8.170 millones de dólares.