Aunque la Alcaldía de Santa Marta dio un parte de tranquilidad y seguridad antes del juego, e informó que las barras de Unión Magdalena y Junior firmaron un 'pacto de no agresión', la realidad fue otra dentro del estadio Sierra Nevada, a partir del minuto 72 del clásico costeño.
Cuando el cronómetro marcaba ese tiempo y el partido se encontraba 1-1, fanáticos de ambos equipos comenzaron una batalla campal que terminó con heridos, detenidos y la cancelación del juego por falta de garantías (lo cual le podría conceder el triunfo a Junior en el escritorio por 3-0).
¿Qué pasó para que la armonía de la que hablaba la Alcaldía se quebrara? Cuentan varios de los presentes en el escenario samario que un sujeto descamisado invadió la tribuna de oriental, donde se ubicaban los seguidores tiburones, protagonizó provocaciones e incendio la hoguera que hizo cenizas el espectáculo y sus garantías de seguridad.
Algunas personas afirman que el tipo intentó robarse un trapo rojiblanco (pancartas de la barras) y por eso fue blanco de agresiones.
Ese sujeto empezó a desatar el espíritu vandálico y toda la pasión desbordada que se apodera de muchos de los integrantes de las barras de los equipos de fútbol en medio de un partido. Detonó lo peor de ambos bandos y comenzó la lamentable trifulca.
'Todo estaba tranquilo, pero cuando ese tipo sin camisa atravesó las vallas de seguridad y se metió a provocar a la zona de la barra y los hinchas de Junior, comenzó el lío. Los seguidores de los dos equipos empezaron a tirarse cosas, rompieron las sillas para tirarlas. Los del Unión invadieron la cancha y todo fue caos', contó uno de los testigos.
Estas graves escenas de violencia se viven por segunda vez este semestre en la capital del Magdalena. Durante el partido que Unión perdía 1-0 ante Bucaramanga, el martes 15 de febrero, en la séptima jornada de la Liga II 2022, barristas azulgranas se tomaron el terreno de juego y agredieron a jugadores del ‘Ciclón’. El cotejo fue cancelado al minuto 82 'por falta de garantías' y los ‘Leopardos’ aseguraron los tres puntos en el escritorio por marcador de 3-0.
Por esos primeros desmanes, la tribuna de sur del estadio Sierra Nevada se encuentra sancionada y no se puede abrir durante los partidos que cubre el castigo.
'Esto es una verdadera vergüenza, la situación ya tocó fondo en Santa Marta. No sé qué es lo que está pasando. Algo hay que hacer, todo esto es vergonzoso', comentó Emiro Ochoa Castillo, uno de los principales periodistas deportivos de la capital del Magdalena.
La indignación de Ochoa Castillo es la misma que tienen muchos samarios y seguidores del fútbol en general. Se rechaza que la violencia y grupos con comportamiento delincuencial salgan a flote en medio de los eventos deportivos.
'Aquí hay unas barritas que son enemigas del equipo, ya en ocasiones he tenido que cerrar la tribuna de norte porque son los que viven agrediendo a los jugadores, gritando y tirando vainas a la cancha. Pero esta vez sucedió en la otra, en sur. Son muchachos de Santa Marta, supuestos hinchas del Unión. Ya demostraron que no son ningunos hinchas, le hicieron daño a la institución y al equipo esos de la tribuna de sur', dijo Eduardo Dávila Armenta, máximo accionista del ‘Ciclón’, en diálogo con EL HERALDO un día después de los incidentes que se presentaron en el choque ante Bucaramanga.
Ahora, con este nuevo episodio violento en el Sierra Nevada, muy probablemente el club bananero pierda el punto que estaba sumando y, seguramente, afrontará más sanciones.
























