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Los 400 niños que estudian desde la básica primaria hasta noveno grado en las instituciones educativas El Vidrial y El Floral, en zona rural de Montería, están literalmente 'muriendo de sed', porque el servicio de agua fue suspendido por la empresa prestadora Proactiva por una deuda en la facturación de 300.000 pesos.

La denuncia la hizo el coordinador de los colegios, Edgardo Gánem, quien acudió a EL HERALDO para denunciar la crisis que afecta a la comunidad educativa.

Los dos planteles son subsedes de la institución educativa Juan XXIII, en la margen izquierda del río Sinú, donde estudian hijos de campesinos con espíritu de superarse.

El servicio fue suspendido desde el 23 de octubre indicó el docente, al tiempo que agregó que las reservas de los tanques se agotaron. 'Nos queda lo que con las pocas lluvias se almacenó en un aljibe, pero, por higiene y para evitar enfermedades gastrointestinales solo se utiliza para las baterías sanitarias', añadió.

'No entendemos cómo suspenden el servicio de agua a un plantel educativo de esa forma arbitraria, sin que se planteen soluciones antes de proceder', advirtió el coordinador educativo.

De los 400 niños y adolescentes afectados 300 estudian en el colegio de El Vidrial y los otros 100 en el colegio de El Floral, ubicadas a unos 20 minutos del perímetro urbano de Montería.

La secretaria de Educación de Montería, Catalina Mariño, se comprometió a mediar ante Prooactiva con el propósito de superar en el menor tiempo la crisis.