Pero resulta que algunas muy reconocidas personas de la ciudad han comenzado a propagar una falacia, insinuando que todo lo que yo he denunciado en mis columnas, con el apoyo de la asociación cívica “Por Amor a Barranquilla”, ha sido para favorecer a una reconocida empresa barranquillera en su justa reclamación ante Argos, esa situación me ha obligado a escribir esta de hoy explicando lo realmente sucedido, ya que nuestra única razón ha sido la de defender los intereses de nuestra ciudad.
A la ciudadanía le solicitaría en este caso, estar muy atenta y de ser posible, participar en estas revisiones al POT de Barranquilla y al PBOT de Puerto Colombia, sobre todo a los vecinos de Villa Campestre, Ciudad del Sol y Caujaral, así como a los de La Castellana y Río Alto, porque serán los más afectados. Y ojalá se involucren las universidades a lo largo del corredor universitario. Hasta aquí mi participación en este proceso.
¡Un verdadero exabrupto que no podemos permitir! Y es que aun rebajando las densidades en un 50% en esos proyectos de Argos, la movilidad en el norte de nuestra ciudad colapsaría, y no apreciamos el más mínimo interés de esa empresa en reducir sus aspiraciones, ni aportar recursos para obras con las que se minimicen los problemas que le generarán a la ciudad sus muy rentables desarrollos.
Pero no todos los parques son iguales, los nuestros son de tamaño pequeño, dotados con juegos infantiles, equipos de gimnasia, canchas deportivas, etc., por lo que el área verde es proporcionalmente reducida, con la mayoría de los árboles sembrados durante su construcción, y lo anterior es porque su propósito es el de generar espacios de entretenimiento familiar, una función social loable reconocida por todos.