Por eso, ante la ausencia de ideas efectivas en el frente nacional, y pensando con color de esperanza, siento que la salida a la recuperación económica debe arrancar desde los territorios del país.
Si se quisiera medir el respaldo o no a un gobierno, basta revisar las encuestas, que sí reflejan una realidad debidamente medida, y allí es hoy claro que el gobierno nacional tiene casi un 65% de desaprobación.
Pero lo más feo podría ser que luego de que esta reforma se apruebe, saliera la laboral, que es hoy una verdadera “reforma anti-pensional”, porque multiplica el desempleo y la informalidad, que son la peor manera de motivar la pensión digna. ¡Mucho trabajo para afinar en la Cámara de Representantes!
Esa incertidumbre tiene como ejemplo los recientes sucesos en salud y la manera como se han abordado las intervenciones a las EPSs y en general las declaraciones sobre el tema que terminan enviando un mal mensaje a los inversionistas privados. Asunto similar pasa con la reforma laboral y pensional, y otros anuncios referidos a vigencias futuras o de los sectores de energía e infraestructura.