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— Había que decir sí a todo —a través de una carta, Yanira Restrepo contó lo que le pasó en 1979 en el municipio de Barrancas—. Había mujeres madres y campesinas. Fui entregada a un alto mando, y luego, a otros. Uno de ellos cogió un palo y me lo introdujo en el recto, me produjo un sangrado interno que se curó solo.

En el año 1974 en Colombia se celebraban las elecciones presidenciales que le dieron el triunfo al liberal Alfonso López Michelsen, quien se enfrentó a Álvaro Gómez Hurtado, del Partido Conservador, Hernando Echevrry, de la Unión Nacional de Oposición, y a María Eugenia Rojas, de la Alianza Nacional Popular, Anapo.

Para ese tiempo, Yanira hacía parte de la Anapo socialista, una de las primeras divisiones que salieron de ese partido, y del grupo de teatro Yo Acuso. En Barrancas, La Guajira, había un paro cívico y ella participó en él.

Contó que un hombre ordenó a sus subordinados coger a los jóvenes que participaban en el paro.

—Le ordenó subirnos a un camión y llevarnos a un batallón, donde fui humillada y violada.

Pasados cinco años, Yanira era una mujer armada y clandestina. Sufrió varios episodios de abusos sexuales 'por ser guerrillera y después por haber sido guerrillera'.

En 1979 tenía que atravesar una vereda conocida como Yacaranda para llegar hasta el municipio de Barrancas. Allí se encontró con el Ejército Nacional.

Y entonces, Yanira comenzó otra guerra librada con el cuerpo.