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La tragedia de Armero en 1985 se convirtió en parte de la historia de Colombia, al ser una de las emergencias más devastadoras en el país. Omaira Sánchez Garzón, a sus 13 años, fue un símbolo de la lucha por la vida y a la vez en el de la impotencia y la frustración en medio de la peor tragedia natural, la segunda más mortífera en el mundo en el siglo XX: unas 23.000 personas murieron, la mayoría sepultadas vivas, por las avalanchas que, con pocas horas de diferencia, causó el deshielo del volcán Nevado del Ruiz que había hecho erupción.

Recientemente se conoció que Omaira Sánchez podría ser declarada como santa por el papa Francisco, luego de que la abogada Natalia Bernal Cano viajara a Roma para hacerle la especial solicitud al sumo Pontífice mientras se encontraba hospitalizado en junio.

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La jurista, quien ha sido insistente en la beatificación de la menor, habló con la revista Semana sobre cómo hizo llegar la solicitud al Papa.

'No había un sistema de seguridad para impedirnos entrar al hospital. Nadie nos preguntó. Subimos al décimo piso donde fue la cirugía del Papa', dijo la abogada a dicho medio.

La jurista logró entregar la carta a una persona muy cercana del Papa: 'Días después, le dieron de alta al papa y mucha gente estaba allá, fue necesario que acordonaran el lugar, en ese mismo momento entendí que Dios abrió caminos para que esa noche pudiéramos entrar con facilidad, no hay otra explicación', contó.

Para hacer la solicitud al pontífice, la abogada se basó en que hay testimonios de personas que han sanado de enfermedades graves o han superado situaciones difíciles gracias a las oraciones que le hacen a Omaira.

Así mismo, en la misiva contó toda la historia de Omaira, la cual le ha dado la vuelta al mundo y cómo ella ha logrado sanar enfermedades y ser partícipe de milagros. 'Recordemos que los milagros y bendiciones provienen solamente del amor y de la misericordia de Dios. Omaira tan solo es un instrumento. No deseo hacer todo este trámite de beatificación para que se rinda culto a Omaira y se le atribuyan a ella milagros', dijo la abogada a Semana.

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Sobre la solicitud de beatificar a Omaira, la jurista sostuvo que 'el Señor tiene en cuenta el sacrificio de Omaira y el ofrecimiento de su vida para que se salven muchas vidas humanas y muchas almas se acerquen a Dios. Mucha gente frecuenta la tumba de Omaira y muchos hacen brujería y espiritismo allí, lo que buscamos es que se construya con el tiempo una iglesia o una capilla y la beatificación nos ayudará'.

Omaira Sánchez murió el sábado 16 de noviembre de 1985 a las 10:05 a.m., víctima de una gangrena gaseosa y la hipotermia por las más de 60 horas en el agua esperando la motobomba que nunca llegó. Su caso puso de presente la carencia de verdaderos planes de rescate para enfrentar emergencias de este tipo de magnitudes.

'Madre, si me escuchas, quiero que reces por mí para que todo salga bien', había implorado Omaira poco antes de morir. A los socorristas y periodistas les había pedido: 'Váyanse a descansar un rato… después me sacan'.