Compartir:

Al mismo cementerio en que fueron sepultados Rafael Escalona y Consuelo Araújo, el Central de Valledupar, trasladaron ayer el cuerpo de Cecilia ‘La Polla’ Monsalvo Riveira, cofundadora del Festival Vallenato y quien falleció el viernes producto de tres infartos.

El sepelio se adelantó en medio del llanto de las piloneras, reyes vallenatos, compositores y su familia, quienes acudieron hasta el campo santo para darle el último adiós a la precursora de que la tradicional danza del pilón hiciera parte del Festival Vallenato, hasta constituirse en el concurso inaugural del máximo certamen del folclor.

La ceremonia religiosa previa al sepelio se adelantó en la Iglesia Inmaculada Concepción, en el marco del Centro Histórico. El cuerpo de ‘La Polla’ fue recibido por una calle de honor hecha por las piloneras de todas las edades.

'En este templo que creció espiritualmente', dijo el padre Enrique Iceda, quien presidió la ceremonia y fue su líder espiritual. 'Dios les ha visitado en los últimos ocho meses de una manera fuertísima a esta familia: se han muerto tres hermanos', recalcó el sacerdote.

Concluida la misa, una nueva calle de honor de las piloneras se hizo desde la salida de la iglesia y acompañó el recorrido hasta el cementerio.

'Tuve la oportunidad cercana de conocerla, porque vivo cerca de la Plaza Alfonso López, donde nació el Festival y fui testigo de la amistad entre ella y Consuelo Araújo. Recuerdo cuando ellas dos bailaban para inaugurar los festivales, era una gran mujer y esta es la forma en que podemos rendirle honor', aseguró Rosa Cárderas, una de las cientos de piloneras que dio el último adiós a ‘La Polla’ Monsalvo.

Entre tanto, Gustavo Gutiérrez uno de los reyes de la canción inédita del Festival Vallenato y primo de la fallecida, aseguró que 'ella era una institución del vallenato, nos acompañó desde el inicio del Festival. Cuando se creó la Fundación ella era el alma de eso, la que se encargaba del más mínimo detalle'.

El cantautor considera que 'es muy difícil que alguien llegue a reemplazarla, con ese coraje, empeño y amor que le tenía al folclor' y recordó de ella que 'su dignidad, temple, honestidad y franqueza marcó mi vida, porque cualquier error que uno cometía se lo decía en su cara, para que uno corrigiera'.