El Heraldo
El departamento del Cesar es el principal cultivador de aceite de palma de Colombia. Holanda compra el 30,9% de lo que produce esta zona de la región Caribe. 123rf y Suministrada
Cesar

Del ‘oro blanco’ a la palma de aceite y al cacao

Miles de familias en el Cesar derivan su sustento de estos nuevos cultivos que han crecido a la par de la demanda nacional e internacional. 

En los años 70 el algodón del Cesar llegó a ser el gran músculo que movía la producción económica en toda la Costa Caribe.

Ejércitos de personas procedentes de todos los rincones de la región, e incluso del interior del país, llegaban al departamento en flotas de buses expresamente contratados para transportar a los trabajadores que llegaban a la recolección de la mota.

 Sin embargo, cinco décadas después, el considerado producto más  importante en el Cesar se ha reducido a su mínima expresión.

De las 125 mil hectáreas que se sembraron en este departamento en 1978, en la última cosecha solo se cultivaron 230.

Factores como la sequía del fenómeno de El Niño, la apertura económica, las plagas, el recrudecimiento de la violencia y la aparición de cultivos ilegales a pocos kilómetros de las zonas productoras, como Codazzi, en la serranía del Perijá, dieron al traste con el otrora ‘oro blanco’ en este territorio.

La caída del algodón provocó una gran crisis en el sector agrícola del Cesar, pero el cese de una actividad que generó bonanza económica se constituyó en un periodo de transición para darle paso a dos nuevas alternativas, manteniendo, a pesar de las dificultades, la vocación productiva en el campo: se trata de la palma de aceite y el cacao, que  junto a la ganadería consolidan sus potencialidades, aun en medio de la pandemia. 

Edilsa Camarillo siembra cacao en Azúcar Buena. Cesar sembró 8.000 hectáreas. Suministrada

Muchas de las tierras que en el pasado estuvieron forradas con la ‘mota blanca’ ahora son cubiertas por el verde de las grandes plantaciones de palma.

Según el Ministerio de Agricultura, Colombia ocupa el cuarto puesto y el primero en Latinoamérica en el ránking mundial de producción de aceite de palma, y es el Cesar uno de los principales productores en el norte del país con 92.000 hectáreas sembradas, que generan unos 26.000 puestos de trabajo, por lo que es el  principal cultivo permanente del departamento. Alrededor de este renglón se destaca la industria creada por empresas como Oleoflores  y Palmas del Cesar. 

Cada tonelada de aceite crudo, según el Comité Agropecuario del Cesar, tiene un precio superior a los 2 millones de pesos. Las exportaciones representan el 42% de la ventas de la producción nacional, de las cuales, el 51% son absorbidas por la Unión Europea, toda vez que este continente es el tercer consumidor de aceite de palma a nivel mundial. 

El principal destino de las exportaciones es Europa, liderada por Holanda con un 30,9% de total de las exportaciones, seguida de España y México, cada uno con una colocación del 12%. 

El presidente del Comité Agropecuario del Cesar, Dagoberto Poveda, señaló que a pesar de su productividad, la palma es un cultivo que requiere mucha agua y esto se constituye en una dificultad, teniendo en cuenta los largos periodos de verano, la falta de sistemas de riesgo y la caída de los caudales de fuentes hídricas.

Proyección del cacao

El cacao, otro de los productos más novedosos en el Cesar, ha despertado el interés de empresas como la Compañía Nacional de Chocolates. Según el Comité Agropecuario, este año se sembraron 8.000 hectáreas en municipios como Pueblo Bello, Valledupar, Codazzi, Becerril, La Paz y La Jagua de Ibirico.

Sin embargo, en el Cesar  hay alrededor de 161.245 hectáreas aptas para sembrar cacao, según el Ministerio de Agricultura, lo que lo convierte en una de las grandes potencialidades del campo  con mayor crecimiento en la demanda internacional. 

“Es un cultivo que está incrementando por la demanda mundial y el cacao del Cesar es de excelente calidad. Falta mejorar un poco los cacaos viejos para que el rendimiento sea mejor, pero tenemos grandes posibilidades”, indicó Dagoberto Poveda.

Sostuvo que el cacao, incluso, es más rentable que la palma de aceite, con un precio por tonelada de 8 millones de pesos, generando entre 90 y 100 jornales por hectárea.

“El cacao del Cesar está a muy buen precio, tiene mucha demanda para exportar y es de muy buena calidad, además hay un gran interés por parte de la agroindustria, por ejemplo la Compañía Nacional de Chocolates tiene un vivero para un millón de plántulas en Codazzi, y la demanda en Europa es alta”, precisó Poveda.

A finales del año pasado, en el marco de la iniciativa Agroemprende Cacao, en alianza con el gobierno canadiense, se le dio apertura a uno de los cuatro centros de acopio en el municipio de Agustín Codazzi, y la entrega de parcelas demostrativas con sistemas de irrigación, para que 733 familias cacaoteras del Cesar oferten un producto de calidad y compitan en mercados regionales y nacionales.

El cultivo y recolección de aceite de palma produce 2.000 empleos en el Cesar. Suministrada

La iniciativa se extenderá durante seis años y contará con más de $13 mil millones para 500 hectáreas entre nuevas y renovadas de cacao en el departamento, lo que catapulta más el cultivo como su nueva bandera productiva.

La Federación Nacional de Cacaoteros informó que esperaban una producción en este primer semestre de 33.860 toneladas en el país; sin embargo la producción sobrepasó las expectativas registrando 34.889 toneladas, que reflejó un incremento del 9% respecto al mismo periodo de 2019, cuando se produjeron 32.105 toneladas. 

El gremio logró registrar 2.784 toneladas más que el primer semestre del año anterior, mientras que las ventas a mercados externos del grano de cacao seco crecieron 46% al pasar de 4.279 toneladas en el primer semestre de 2019 a 6.233 en el mismo periodo de 2020.

Este cultivo es la apuesta para un nuevo comienzo, incluso para quienes sufrieron el rigor de la violencia en el departamento, aseguran sus productores.

Una de ellas es Edilsa Camarillo, que produce en el corregimiento de Azúcar Buena, zona rural de Valledupar.

Ella y su familia fueron desplazadas en medio del conflicto, pero tras recuperar sus tierras a través de un proceso de restitución, ahora es una pequeña empresaria que le vende a la Compañía Nacional de Chocolates.

La Unidad de Restitución de Tierras destacó este caso, indicando que Edilsa, a quien apoyó con un proyecto productivo, desarrolla 20 hectáreas de cacao en su predio.

“Gracias al trabajo de toda la familia tenemos funcionando nuestra finca. Por eso, en honor a mi esposo (fallecido) estamos trabajando fuertemente para sacarla adelante”, afirmó la mujer a la que la Compañía Nacional de Chocolates le compraba por kilos el cacao premium que produce.

“La puesta en marcha del proyecto productivo ha permitido una verdadera reparación y el restablecimiento de los derechos de esta familia, que fue desplazada como consecuencia de la violencia”, puntualizó la Unidad de Restitución de Tierras.

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