Aumenta el robo de celulares, de bicicletas, de motos, vehículos, aumenta desproporcionadamente el robo de absolutamente todo, aumenta el atraco a mano armada, a los bancos, en las calles, en restaurantes en supermercados, en todas partes; pero, lo más grave de todo, aumenta el maltrato infantil, abuso a menores y a mujeres, infanticidio y feminicidio, por parte de padres, padrastros, compañeros sexuales y excompañeros o exconyugues; estos últimos delitos mencionados merecen la más alta pena del Código Penal.
Mientras la Ciudadanía no sea consciente de lo indispensable que es su colaboración directa o indirecta y principalmente para con las autoridades correspondientes, nuestra sociedad seguirá bajo la determinación y el yugo de los asaltantes, atracadores, abusadores, infanticidas, feminicidas, asesinos y todo clase de delincuentes.
No es posible dejar toda la carga a las debidas autoridades porque no hay disponibilidad de policías, presupuesto ni organización inmediata para frenar tanta delincuencia; es urgente la Alcaldía, los altos mandos militares y las demás autoridades correspondientes al tema de seguridad piensen como la ciudadanía de forma voluntaria pueda colaborarles mancomunadamente en estas soluciones de grave inseguridad, ocasionada en parte por la pandemia y sus consecuencias económicas, por la cual atravesamos hace más de año y medio, pero que sabemos una vez pase este fenómeno sanitario los males de que hablamos en este comentario no pasarán, se quedarán arraigados con nosotros como todo lo delincuencial; este no es un problema local, es un problema nacional e internacional en ciudades grandes de países con bajo desarrollo como el nuestro.
En la medida que las autoridades consideren, puede la ciudadanía voluntariamente colaborarles y si se organice debidamente esta acción, en la misma medida conseguiremos la disminución de tan grave problema.
Hector Asaf Quintero