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'O me venden las tierras o la suegra me las vende más baratas'. Con esta frase intimidatoria llegaban cerca de cinco hombres, que en muchos casos eran custodiados por la Fuerza Pública –según cuentan hoy los labriegos–, a las veredas Borrachera y San Francisco, ansiosos de adquirir las parcelas a bajos costos.

Estos episodios se volvieron recurrentes en 2007 en esta zona de los Montes de María, cuando los habitantes apenas empezaban a retornar después de los hechos de violencia, los más crueles, la masacre de El Salao (Bolívar) y Canutal-Canutalito (Ovejas).

Javier Ramírez Díaz, líder de la vereda San Francisco, recuerda que Raúl Mora, Álvaro Echeverría y el exsenador Otto Bula llegaron a la zona comprando tierras, a través de la sociedad ‘Amigos de los Montes de María’, y adquirieron fincas –cerca de 2.300 hectáreas– en Borrachera, Oso Negro y Damasco.

'Ellos llegaban con comisionistas, sobre todo Raúl Mora y Álvaro Echeverría. Decían que iban a comprar la tierra para mejorar las comunidades, que las utilizarían para ganadería. En 2009 las vendieron a Argos y ellos las reforestaron con madera (teca)', explica Ramírez.

Por las hectáreas pagaban entre 200 y 700 mil pesos, dependiendo de la ubicación; entre más cerca de la carretera, pagan más.

'A veces amenazaban al que no quería vender. Ellos compraban las entradas de las parcelas para que quienes estuvieran en el medio o atrás, se vieran obligados a vender', asegura el líder.

Añadió que en algunas ocasiones utilizaban a líderes campesinos como intermediarios para hacer más fácil la venta.

'Esa gente venían en camioneta, con dinero en efectivo, con mochilas de plata, hacían las compraventas de noche, todo ilícito', acota Ramírez.

Al recordar cómo fue que el congresista Bula –pieza clave en el escándalo de Odebrecht– y sus amigos se adueñaron de esas fértiles tierra, uno de los campesinos va más allá y asegura que la Policía llegaba con ellos en camionetas. 'Los que traían el dinero usaban pantalones camuflados y hacían visibles sus Mini Uzi', dice.

No descartan que los ‘Amigos de los Montes de María’ tuvieran 'apoyo de notarios y de la misma Fuerza Pública'. 'Unas tierras que estaban en común y proindiviso ya les tienen papeles, otras que eran del Incora, ahora son propiedades privadas', dice uno de ellos.

A raíz de las compras no solo se perdieron algunas parcelas, sino una vereda, Borrachera. 'Ahora, allí no vive nadie, pura teca es lo que hay', dijo el denunciante.

Ubaldo Manuel Meza Benítez, habitante de Borrachera, manifiesta que la tierra perteneció durante mucho tiempo a Segundo Manuel Rivera, quien se la vendió a los campesinos que vivían de cultivar, ñame, yuca, maíz y tabaco.