Los colores de las hamacas grandes tejidas por jóvenes y matronas de San Jacinto, en los Montes de María; la magia de una ciudad que está como detenida en el tiempo como Mompox; un pueblo lleno de historia de la rebeldía africana en los tiempos de la colonia y los manantiales y paisajes del sur, son apenas unos cuantos de los atractivos turísticos que hay en Bolívar y que, ahora, tras la firma de paz con entre el gobierno del expresidente Santos y las Farc, han tenido un renacer.
En el 2016, el Índice de Competitividad Turística Regional de Colombia destacó al departamento como uno de los destinos turísticos más competitivos del país. Además de Cartagena, que es una de las ciudades más visitadas de Colombia y de América del sur, se reconoció la nueva oferta del ecoturismo que nació en municipios como Turbaco, San Jacinto, Mompox, El Carmen de Bolívar y San Juan Nepomuceno, entre otros.
La directora del Instituto de Cultura, Turismo y Recreación de Bolívar, Lucy Espinosa, dice que se trabaja en apoyar constantemente el sector turístico en el departamento “con el fin de generar incentivos apostándole a la calidad y al turismo sostenible, que durante estos últimos seis años ininterrumpidos han logrado consolidar a la provincia bolivarense como un destino turístico del Caribe colombiano”.
De hecho, hay cifras procedentes de Incultur que indican que en Mompox, durante una temporada, se reciben unos 4.000 turistas aproximadamente. En meses pasados, directivos de la Asociación Hotelera y Turística de Colombia, Cotelco, capítulo Cartagena, se desplazaron para definir alianzas a fin de fortalecer la oferta hotelera de esta ciudad del sur del departamento, bañada el río Magdalena y que es patrimonio histórico de la humanidad, declarada por la Unesco. Aquí, además de su tradicional Semana Santa que atrae a cientos de visitantes, se viene celebrando el Festival del Jazz que es un acontecimiento que cada año desborda los presupuestos en cuanto a llegada de turistas.
En un reciente foro sobre el turismo en Bolívar, el gobernador Dumek Turbay destacó cómo, poco a poco, se viene fortaleciendo el sector. Y destacó el reciente auge que vivieron las playas de Galerazamba cuando por efectos de un fenómeno natural se tiñeron de color rosa las aguas del mar por efectos de la recuperación de las salinas de este lugar y provocó una verdadera avalancha de turistas como nunca antes se había vivido en este municipio, a pocos minutos de Cartagena. Se descubrieron las bellezas de estas playas y hoy mantienen visitantes durante todo el año.
La directora de Invest In Cartagena y Bolívar, María Camila Salas, dijo sobre este hecho que la voluntad política y una gestión bien focalizada han logrado que lugares como Galerazamba se posicionen, “mostrando la oferta del departamento y estableciendo de esta manera nuevas oportunidades de desarrollo para los municipios”.
Y agregó que “en Galerazamba, la reactivación de las salinas ha revelado una opción más allá de la minería de sal, un bello espectáculo que ha llamado la atención de miles de personas alrededor del mundo, siendo ampliamente registrado por los medios; un mar rosado que ha generado una nueva dinámica turística de la que hoy se beneficia toda una comunidad”.
El gobernador Turbay, por su parte, destacó que el turismo es un generador de empleos y de inclusión muy importante en el departamento y dijo que celebra que los turistas ya sepan que el mono tití cabeciblanco se encuentra en San Juan Nepomuceno y que Mompox es un destino que se puede ir cualquier día del año.
Pero es que también el postconflicto ha revelado a muchos de los ‘tesoros escondidos’ por la guerra. Por ejemplo, la serranía de San Lucas y su riqueza natural, en el sur del departamento; y los Montes de María, al centro, abren el abanico de posibilidades de un turismo de mano con la naturaleza y la cultura de estos pueblos que integran esta región de Bolívar.
Municipios montemariano como San Jacinto ahora son parte de tours que se organizan desde Cartagena para extranjeros y nacionales que son amantes de las manifestaciones artesanales y en especial para observar la variedad y arte de las hamacas sanjacinteras, tejidas con amor y dedicación por mujeres de este poblado.
San Jacinto, un pueblo de raíces africanas e indígenas, se le conoce como la “Tierra de la Hamaca Grande” y cuenta con el Museo Comunitario San Jacinto. En el famoso Cerro Maco, a más de 800 metros sobre el nivel del mar, e inmortalizado por el juglar Adolfo Pacheco, en su canción La Hamaca Grande, se observan hermosas vistas naturales. También se puede visitar los petroglifos de los antepasados (diseños simbólicos grabados en rocas), o saborear las delicias de la culinaria montemariana, con sancochos de gallina criolla.
El Palenque de San Basilio es otro destino apetecido. El lenguaje, su historia libertaria, sus tambores, gastronomía, música y tradiciones de herencia africana son un plato predilecto de los visitantes. Este es un corregimiento de Mahates y es un poblado cargado de naturaleza y cultura.
El municipio vecino de El Carmen, en tanto, se erige como un potencial turístico por la riqueza natural de su zona veredal. Paisajes, historias, tradiciones. Cuenta con un santuario religioso y cada vez es más visitado para hacer turismo ecológico, ver sus atardeceres en los pueblitos de las montañas. Sin duda es un pueblo mágico y se considera uno de los municipios más importante del departamento.
De acuerdo a Icultur, en el 2017, la provincia bolivarense, sin contar Cartagena, recibió a 40.440 visitantes y entre diciembre del 2017 y enero del 2018, hubo un registro de 15 mil turistas. Para el Gobernador de Bolívar, estas estadísticas confirman el buen comportamiento actual de la industria turística en esta región del país. En tanto, según la Andi, Cartagena fue la segunda ciudad, después de Bogotá, que más visitantes recibió en 2018. Y es el turismo el que genera el 30% del ingreso total del empleo en Cartagena.
