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La satisfacción del deber cumplido, las extenuantes jornadas, el cansancio, la falta de tiempo para compartir en familia y –en ocasiones– el estrés pasaron a un segundo plano para los promotores de la salud que se han encargado de inmunizar contra la covid-19 a miles de barranquilleros. Ellos aseguran que estas situaciones no les quitan el sueño, porque entienden y reconocen que su labor está contribuyendo al bienestar de la ciudad, el país y –quizás– el mundo entero.

Han pasado cerca de diez meses desde que comenzó a ejecutarse el Plan Nacional de Vacunación. Más de dos mil trabajadores de la salud fueron los escogidos para cumplir con una de las tareas más importantes que generó la pandemia: la vacunación. Desde entonces, este ejército se ha encargado de combatir el virus que no ha dado tregua, y ha estado 100 % comprometido con inmunizar a toda la población.

Estos promotores de la salud contaron que desde que inició este proceso no ha sido fácil para ellos por todas las circunstancias que se presentan alrededor de la vacunación. Estrés, cansancio, temor, días buenos y no tan buenos, risas, llantos y hasta malestares han tenido que pasar estos trabajadores de la salud.