El Heraldo
Daños estructurales originaron el cierre del escenario cultural. Josefina Villarreal
Barranquilla

Cinco años de fisuras que no sanan en el Amira de la Rosa

El 27 de julio de 2016, por daños en la estructura, se clausuró el escenario de grandes obras. Gestores culturales hablan sobre la situación. 

Desde aquel 27 de julio ya se cumplen “cinco largos años” del cierre del teatro Amira de la Rosa. Ese es el mismo número de veces que  espectáculos culturales como el Carnaval de las Artes y Barranquijazz han tenido que trasladarse a otros escenarios “menos apropiados”.

Eso sin mencionar obras teatrales y eventos musicales que también buscaban lugar en el teatro.

Para los gestores culturales, lo que sucedió con este escenario es una especie de “fractura que no sana” que, por el contrario, sigue dilatándose con su recuperación y que mientras tanto sigue ahondando y marcando una herida.

“Es un vacío tremendo. Nos ha tocado irnos estos años a escenarios que no son los apropiados para la música, hemos perdido público y eso hace que el golpe por no estar en el Amira sea más fuerte”, señala el director de Barranquijazz, Samuel Minski, con un tono de tristeza que quizás obedece a que es uno de los que más ha sentido y sufrido el cierre del teatro.

La frustración que expresa Minsky también tiene que ver con los impactos culturales que se han producido a partir del cierre. “Seguramente son más eventos los que se han dejado de hacer en este lugar y  esto significa un impacto para la cultura en la ciudad”.

Algo similar expresa la investigadora y gestora cultural, Patricia Iriarte, quien lamenta que sean “trámites burocráticos” los que sigan impidiendo que se destrabe la intervención del complejo cultural.

“Me parece increíble tanto enredo para buscar una solución”, expone.

Iriarte pide repasar lo que pasó con el Amira para que no se repita en otro escenario, teniendo en cuenta que eso solo “afecta el nivel cultural de la ciudad”.

“Lo que pasó con el Amira es un retroceso en el desarrollo cultural de la sociedad. Cuántos hechos culturales que enriquecen espiritualmente se han dejado de hacer y por ende nos hemos perdido”, comenta la investigadora cultural en un ejercicio que ella llama de reflexión y en el que invita a la ciudadanía a que también lo haga.

Por los menos dicen los gestores que pasarán unos años más para que el escenario de auténticas obras quite los candados y vuelva a abrir sus puertas.

“Es lamentable que una estructura moderna y contemporánea se dé el lujo de estar ya por un lustro inservible. Lo inconcebible es no tener certeza de lo que motivó al cierre”, dice el arquitecto y restaurador Ignacio Consuegra.

Por último interfiere Heriberto Fiorillo, creador del Carnaval Internacional de las Artes. Para él, estos cinco años son la evidencia de  “una lenta e irresponsable negligencia compartida”.

El cierre
El teatro fue declarado Bien de Interés Cultural de Carácter Nacional por el Ministerio de Cultura. Josefina Villarreal

La decisión de su cierre en el 2016 se hizo por fisuras y “graves fallas” estructurales. lo que llevó al Banco de la República, su responsable, a contratar una firma especializada para que realizara un diagnóstico del edificio.

El resultado demostró que había deterioro tales como desprendimiento del recubrimiento y manchas de óxido, entre otros. La firma HMV Ingenieros Ltda determinó en ese momento que el reforzamiento de la edificación implicaría tiempo y alto costo.

Una de las observaciones del documento especificaba que el trazado original de la edificación del teatro fue realizado bajo el estado del arte disponible en Colombia para la época, cuando no se contaba aún con códigos de diseños resistentes a los temblores y recomendaciones sobre la protección de materiales frente a los ataques medioambientales.

Con base en el citado diagnóstico, la edificación presenta problemas estructurales en su concepción como ausencia de vigas de amarre de cimentación e “irregularidades” en planta y altura. Eso solo por mencionar algunas de las alertas que detallaba el informe.

Ese mismo estudio sugirió la demolición parcial del escenario cultural. Y su diagnóstico fue: “Vida útil superada”.

Pasó más de un año para que se estructurara un proyecto para intervenir el emblemático teatro, que por ser Bien de Interés Cultural de carácter nacional se encuentra sujeto al régimen legal que promueve su conservación.

Más adelante, en el 2019, el Banco de la República anunció un nuevo plan para el teatro. Proyectaban replicar en este espacio el modelo de la biblioteca Luis Ángel Arango de Bogotá. Se habló de inversiones por el orden de los $70 mil o $75 mil millones para convertirlo en un “centro cultural de vanguardia”.

En el 2020, los estragos de la pandemia habrían retrasado los procesos con el  Plan Especial de Manejo y Protección (PEMP), por esto fue hasta septiembre que se dio a conocer que la comisión de expertos que elaboraba el PEMP estaba en Barranquilla para retomar su trabajo de campo.

Con el PEMP se establecen las herramientas que permiten proyectar el manejo del inmueble patrimonial de forma que sea sostenible en el tiempo y se preserve para las futuras generaciones.

El oasis del Amira
Manchas de óxido y desprendimiento detallan los informes que llevaron al cierre. Josefina Villarreal

El inicio de las obras de restauración del teatro sería el oasis en medio del desierto. La ministra de Cultura, Angélica María Mayolo, le confirmó a EL HERALDO que en la tercera semana de agosto el Pemp será llevado al Consejo Nacional de Patrimonio para que sea aprobado por esta instancia y, de esta forma, el Banco de la República y el Distrito puedan avanzar en los procesos contractuales para las obras de restauración y reparación.

 Las siguientes fases, según ha mencionado el Banco de la República, contemplan el desarrollo de diseños (en el transcurso de este año y el siguiente) y la ejecución de obras de intervención del inmueble, que se proyecta realizar en 2022.

La materialización de los diseños del teatro

La Secretaria de Cultura y Patrimonio de Barranquilla, María Teresa Fernández, informó que durante este periodo de cierre han trabajado de la mano del Banco de la República para garantizar que la intervención que se haga al Teatro Amira de la Rosa preserve los valores que lo hacen un Bien de Interés Cultural de la Nación, y de esa manera responda a las expectativas que tiene la comunidad.

“La pronta aprobación del Plan Especial de Manejo y Protección nos abrirá paso a la materialización de los diseños de los que será su intervención, paso a seguir que también haremos de la mano con la ciudadanía”, señaló Fernández. 

Igualmente recordó que el alcalde Jaime Pumarejo anunció el interés del Banco como aliado estratégico de la cultura. “La idea es hacer del nuevo teatro un complejo cultural para los barranquilleros y dinamizar su agenda y oferta cultural como operador”.

La secretaria Fernández rememoró lo que ha sucedido en estos cinco años y mencionó que también han sido una oportunidad para llevar la cultura y las artes al espacio público de la ciudad, activando también escenarios alternos como conchas acústicas, plazas, parques, pequeñas salas de teatro y auditorios de escuelas entre otros.

“Esto nos ha permitido fortalecer la formación de público, descentralizando y democratizando la oferta cultural local, acercando las artes a la comunidad, garantizando que cuando tengamos un nuevo teatro serán muchos más los barranquilleros interesados en acudir a su programación”, puntualizó la secretaria de Cultura.

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