Los nuevos lineamientos en la política del Gobierno 'ponen en riesgo' la atención de niños y adolescentes en la Fundación Centro Educativo de Habilitación y Rehabilitación Integral San Camilo. Así lo advirtió María Poulisse, directora de la fundación que hoy cumple 20 años de servicio.
La situación se presenta, según explicó Poulisse, porque el contrato entre el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF)y el CE Camilo, para la modalidad externado con discapacidad —con lo que financia la atención de los menores— se está aplicando como una medida de protección y no como un servicio de atención.
Este cambio de modalidad implica que desde ahora el CE Camilo solo puede recibir niños, niñas y adolescentes en situación de discapacidad con derechos vulnerados o amenazados por sus familiares.
Factores como la pobreza extrema de una familia o violación del derecho a la educación de parte del Estado ya no es justificación para la atención en el programa.
María Poulisse explica que, además, con la nueva medida de protección 'solo podemos atender a los niños con discapacidad durante 6 meses'.
'Estas políticas nos preocupan, debido a que desde 2002 trabajamos de la mano con el ICBF. Urge entonces un compromiso por parte del Estado para que dé los lineamientos a los ministerios o instituciones para que nos ayude a financiar los programas de atención', explica Poulisse.
Un acto
Edwin Carmona es uno de los menores en condición de discapacidad que recibe atención en el CE Camilo. En la mañana de ayer ensayaba, junto a su tía Patricia Carmona, el acto que presentará hoy en la cancha de la sede de la Fundación. Al fondo sonaba la canción de Juan Luis Guerra El Niágara en bicicleta. 'La presentación se llama ‘El baile del Indio’', dice la mujer mientras toma de las manos al menor de 9 años.
Ella se da un descanso corto, pero suficiente, para explicar la razón del nombre de la obra. 'Las familias de personas con discapacidad estamos cansados de las historias de ruleteos. No queremos estar cargando con nuestros parientes de un centro médico a un hospital, de un colegio a un psicólogo, y todo porque a donde vamos no nos quieren atender. Necesitamos políticas reales para que nuestros familiares reciban la atención que necesitan'.
Edwin Carmona tiene parálisis cerebral espástica, una enfermedad que le produce al menor la dificultad para controlar los músculos que le dan movilidad a sus brazos, piernas y cabeza.
'El Ce Camilo ha sido para nosotros una bendición. Desde hace 5 años el niño ha estado asistiendo a esta institución y su progreso es notable', dice la tía del menor.
El caso de este niño de 9 años es una de las 1.500 historias de personas que tiene algún tipo de discapacidad y que han encontrado, en la actualidad, una oportunidad en la Fundación para la atención de su condición en sus diferentes programas.
La fundación nace en 1985 de la mano de María Poulisse, como un programa enfocado en la atención de niños desnutridos y desarrollo comunitario, pero a partir de 1987 extendió la ayuda a niños, niñas y adolescentes en situación de discapacidad, en programas de atención integral de parálisis cerebral, déficit visual, retardo mental y/o trastorno de comportamiento que no pueden integrarse en la educación regular por las limitaciones que les impone su discapacidad.
'Pero fue en 1998 que se constituyó en la fundación que hoy conocemos. Desde entonces hemos construido nuestra sede en 21 etapas con donaciones que gestioné en Europa y con el sector privado de Barranquilla para responder a la creciente demanda de nuestros servicios', explica Poulisse.
'Barranquilla mejora'
Esta mujer holandesa con más de 30 años dedicada al servicio voluntario en Colombia, asegura que fue 'hasta hace poco' que el país asumió el compromiso, al menos en la teoría, 'el tema de la inclusión y atención de las personas con discapacidad'.
'Barranquilla ha ido mejorando el tema de la inclusión desde la formulación de la política pública de 2015 de discapacidad liderada por la exalcaldesa Elsa Noguera. Desde ese tiempo se comenzó a formular un marco legal para estas personas. Se están dando pasos en la inclusión en el sector educativo, pero todavía falta mucho por recorrer', expone la directora de la fundación, .
Otras funciones. Poulisse afirma que programas para el desarrollo de habilidades sociales y orientación laboral, son que los gobiernos deben 'tomar enserio'. 'Nosotros ofrecemos artes en madera, modistería, panadería, pintura, jardinería, capacitación de personas con discapacidad y sus familiares, educadores y líderes comunitarios. Porque estamos convencidos de lo útil que pueden ser estas personas en el campo laboral'.
Desde 2014 la fundación abrió las puertas al taller de órtesis y prótesis, donde se elaboran estas herramientas para los niños, niñas y adolescentes de los programas y usuarios ambulatorios. Pero esta área también ofrece servicios de rehabilitación y fisioterapia.