Quebradas, con cables expuestos y sus bases convertidas en basureros. En este se encuentran actualmente las luminarias ubicadas en los entornos de la Aduana, la Intendencia Fluvial y la Plaza de San Nicolás, en el centro de Barranquilla.
Solo en la zona externa de la Aduana funcionan 17 lámparas de las 70 verticales que se pararon en la calle 36 con la carrera 50, como parte de los diseños paisajísticos de la intervención al Par Vial en su primera fase, entregada en julio de 2016.
De acuerdo con los transeúntes en este sector de la ciudad, las precarias condiciones en las que se encuentran estos proyectores de luz se deben a la inseguridad y a la poca vigilancia que se presta en la zona, rodeada por cacharrerías.
'Esto tiene un entorno muy difícil, porque hay mucha gente que es de la calle, que consumen droga y cuando están bajo estos efectos se les da por dañar estas cosas. Esto se presenta a cualquier hora del día', aseguró Luis Clavijo, trabajador cercano al lugar.
Mientras que en los alrededores de la restaurada Intendencia Fluvial, el mal estado del sendero peatonal y el de las barandas metálicas oxidadas no contrasta con tres postes de luz, que iluminan a media marcha por la ausencia de una lámpara en cada una de las tres estructuras.
En este parque, ubicado en la carrera 46 con la Vía 40, hay 35 postes que proveen de luz led a la zona verde desde 2015. Sin embargo, el funcionamiento de estos no son los mismos tres años después, según indican sus moradores.
'Hay unas (lámparas) que prenden y otras que no. Este parque en la noche no está bien claro. Yo digo que es por descuido. El parque ya ni lo riegan, la grama está seca', manifestó Manuel Batista.
Estos casos se repiten en los alrededores de la iglesia de San Nicolás, en la calle 33, entre las carreras 42 y 41, donde solo una de las 31 luces empotradas entorno al templo religioso funciona. De las demás, solo quedó el hueco relleno de basura donde antes estaban conectadas las luminarias.