El Heraldo
Un aspecto del proceso de intervención de un cuerpo de agua con alta carga de contaminación ambiental.
Barranquilla

Las microalgas como una opción para descontaminar el agua

La iniciativa desarrollada por investigadores de la Universidad Simón Bolívar está dando resultados prometedores en cuerpos de agua afectados por contaminación.

El valor que hoy tiene el agua potable ha superado con creces el cliché del “preciado líquido”. Tal es la necesidad mundial de contar con fuentes limpias y estructuras necesarias para su potabilización y distribución que, según estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 2.100 millones de personas carecen de agua potable en el hogar, de las cuales 844 millones no tienen servicios de suministro, otras 159 millones la beben de cuerpos de agua superficiales, mientras que 263 millones dedican más de 30 minutos al día en su búsqueda. 

A este escenario difícil se le suma el pronóstico nefasto del Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos 2018, que indica que lo previsto es que “la calidad del agua se deteriore aún más en las próximas décadas, lo que aumentará las amenazas para la salud humana, el medio ambiente y el desarrollo sostenible”. Se estima, además, que los mayores aumentos en la exposición a contaminantes se den en los países de ingresos bajos y mediobajos, debido, principalmente, a un mayor crecimiento demográfico y económico y a la falta de sistemas de gestión de aguas residuales”.

Este panorama motivó a un grupo de investigadores de la Universidad Simón Bolívar a buscar alternativas para la descontaminación de cuerpos de agua, pero sin generar otros problemas ambientales en las zonas afectadas. 

Los líderes de la investigación, Jaime Gutiérrez Fonseca y José Rafael Consuegra Machado, explicaron que el eje de este proyecto de biorremediación del agua de desecho es el uso de microalgas capaces de acabar con los agentes que deterioran su calidad. Se trata de microorganismos fotosintéticos –posibles de apreciar a través del microscopio–, que pueden usar los contaminantes que están en el agua como alimento. Lo que se ha logrado a través de esta investigación es escoger las microalgas más fuertes y rápidas para limpiar el agua, ya sea en procesos industriales o cuerpos de agua naturales.

Gutiérrez, quien es médico y candidato a doctor en Ciencias Biológicas, cuenta que esta iniciativa empezó a gestarse hace unos cinco años con el grupo de investigación Biotecnología de Unisimón, luego se fortaleció en alianza con la empresa Phycore y ahora tiene el respaldo del programa Probeta, de la Alcaldía de Barranquilla y Macondolab (Centro de Crecimiento Empresarial de Unisimón). Este programa del Distrito fomenta modelos de negocios tecnológicos de alto impacto con productos innovadores basados en el uso de herramientas de proceso ágil y prototipado rápido. Los emprendimientos promovidos han sido elogiados por su calidad e impacto.

En el caso del proyecto de limpieza del agua, ya ha logrado descontaminar la que usa una compañía que emplea petróleo en sus procedimientos, lo mismo que una reserva de agua contaminada con restos animales en el Atlántico. 

Los investigadores también están trabajando aplicando este desarrollo científico en la Ciénaga de Mallorquín, en el Atlántico y en la ciénaga de Santiago Apóstol, en Sucre, donde desemboca el arroyo Grande, de Corozal, con resultados muy prometedores. Ambos proyectos son financiados con recursos nacionales y regionales. 

Para fortalecer este trabajo, Unisimón prevé la apertura del Laboratorio de Biotecnología Microalgal, que facilitará la investigación y el desarrollo soluciones basadas en microalgas. 

¿Cómo funciona?

A la pregunta de cómo actúan las microalgas en los procesos de descontaminación, los investigadores lo describen de manera sencilla: es similar a cuando se abona un árbol que da frutos como la manzana; si una persona ingiere una cucharada del abono lo más probable es que resulte intoxicada, mientras que el sistema metabólico del árbol es capaz de convertir esa sustancia en alimento y, así mismo, dar origen a las frutas que después pueden comer los seres humanos y que resulta benéfica para la salud por es tóxica. Las microalgas toman también las sustancias contaminantes, toda la carga orgánica, los nitratos, los fosfatos y, en general, el agua contaminada por las actividades humanas, y las convierten en su alimento, lo que permite mejorar las condiciones del líquido. Los investigadores determinan cuál microalga se come determinado contaminante.

“Todas estas microalgas son especies nativas que se fortalecen en unos reactores que nosotros diseñamos y patentamos, y se devuelven al cuerpo de agua en un proceso de bioaumentación, que es natural e inocuo porque usas elementos y especies que están en el ambiente. No hacen daño y es mucho más económico que a través de otras tecnologías, lo que ha sido siempre una gran preocupación; lo que estamos haciendo es ofrecer una tecnología e innovación local asequible y útil al medio ambiente”, mencionó Gutiérrez. 

Este proceso, que ya se ha empleado en otros países, puede representar una revolución en cuanto a las posibilidades de descontaminación de los cuerpos de agua. 

En visita reciente a Barranquilla, el director del Centro de Investigación Ambiental del Phycospectrum, en India, V. Sivasubramanian, destacó las bondades de la tecnología de biorremediación basada en algas para el manejo de una variedad de efluentes industriales que contaminan los cuerpos de aguas naturales en el mundo. 

Este investigador viene trabajando desde hace unos años en el uso de micro algas para descontaminar importantes ríos, lagos y lagunas en diferentes países, con muy buenos resultados a nivel industrial y ambiental. “Recientemente el gobierno de la India inició un proceso de descontaminación ambiental de sus cuerpos de agua utilizando esta técnica, con resultados positivos”, dijo en su momento.

Para el médico Consuegra Machado, experto en temas de innovación y tecnología, todas estas iniciativas llenan de esperanza a comunidades que han tenido manos atadas por un problema difícil de solucionar por los costos de las tecnologías actuales más usadas. En su concepto, “vemos no solo una solución con tecnología limpia sino también con un valor muy asequible para los gobiernos y a agentes interesados, con el plus de que luego del proceso de descontaminación el resultante es una biomasa que puede ser utilizada en diferentes procesos productivos que dejarán como resultado no sólo la descontaminación del cuerpo de agua, sino una nueva forma productiva para la comunidad inserta en el área contaminada”.

Innovar y emprender

La vicerrectora de Investigación e Innovación de la Universidad Simón Bolívar, Paola Amar Sepúlveda, destacó el impacto ambiental y social que genera este tipo de iniciativas, así como también el modelo de innovación y emprendimiento que emplea. 

Al respecto dijo que “el modelo de negocio que están empleado no es muy frecuente en el Caribe porque es basado en ciencia; es una innovación que emplea métodos menos costosos e invasivos con mejores resultados en la conservación ambiental de los cuerpos de agua tradicionalmente contaminados”. 

 

 

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