Ideologías extremistas, creencias en verdades absolutas, no permitir ni respetar la opinión o postura de alguien que piense diferente o que apoye con tenacidad sus ideales, ya sea de izquierda o derecha, es lo que se vive en la actual coyuntura de cara a las elecciones presidenciales que se celebrarán este domingo en Colombia.
Es común observar que en pleno espacio público un grupo de personas se peleen a 'muerte' por defender un candidato y por no estar de acuerdo con los argumentos que expongan para defender sus posturas.
Es importante destacar que aunque el territorio nacional es un país con derecho a la libre expresión, requisito indispensable para la existencia misma de una sociedad democrática, no puede dejar de lado la 'máxima' necesidad y obligación moral de respetar –aun cuando no se esté de acuerdo– la opinión de los demás.
Volviendo al tema político esta es una postura 'obsesiva – compulsiva' que divide a la sociedad y corta lazos de amistad. Expertos consultados por EL HERALDO afirman que la obsesión de un fanático político puede ser peligrosa ya que no se valoran otras formas de pensar que no sea la suya, y eso puede incidir de manera violenta en el electorado.