En visible desespero pasaron la jornada de ayer los padres de familia, compañeros sentimentales y hermanos de algunos de los 21 retenidos en la URI, luego de los enfrentamientos entre encapuchados y la fuerza pública el pasado jueves en la Universidad del Atlántico. Según el reporte que entregó el rector de la institución, Carlos Prasca, de ese grupo solo 10 son estudiantes, pertenecientes a los programas de Ingeniería Mecánica, Administración de Empresas, Filosofía, Sociología, Ingeniería Industrial, Historia, Artes Plásticas y Literatura.
Las autoridades indicaron que los cargos que se les imputarán a los jóvenes que resulten culpables serán obstrucción de vía pública, violencia contra servidor público, daño en bien ajeno y empleo o lanzamiento de sustancias u objetos peligrosos.
Según indicó la Procuraduría, los capturados deben permanecer retenidos hasta presentarse ante un juez, en una audiencia, que será quien determine el grado de culpabilidad de los estudiantes y de aquellos ajenos a la institución.
Por su parte, el vicerrector de Bienestar de la Universidad del Atlántico, Álvaro González, indicó que la institución le hará el acompañamiento correspondiente a los estudiantes, pero que ya corresponde a la Fiscalía la judicialización de los responsables.
El rector, Carlos Prasca, le confirmó a EL HERALDO que, de encontrarse culpables, los estudiantes serán expulsados.
El resto, personas ajenas a la institución, fueron también capturados por las autoridades luego del ingreso del Esmad a la Universidad del Atlántico. Entre ellos, cuentan los familiares, había jóvenes que entraron a la institución para encontrarse con sus familiares y hasta animalistas que acudieron a las protestas a 'salvaguardar' la vida de los animales.
EL HERALDO, presente durante los enfrentamientos entre el Esmad y los encapuchados en la entrada del campus universitario, pudo constatar que –mientras caían los gases pimienta sobre la institución– estudiantes y otras personas cargaron a los animales presentes en la zona. Gatos, perros y hasta tortugas fueron socorridos del humo y de los proyectiles. Incluso, relataron varios estudiantes, una perra dio a luz en medio de los desmanes, trayendo al mundo varios cachorros que fueron protegidos por los alumnos.
'Mi esposa, animalista voluntaria que fue a proteger a los animales, fue detenida por la Policía. Yo, como ciudadano, me siento atropellado, pues ella solo fue a hacer eso de forma voluntaria, como siempre lo ha hecho', dijo Adrián Rojas.
Otro de los casos de personas ajenas a la institución detenidos fue el de Tatiana Quintero, joven que protagonizó una de las escenas captadas por este medio, quien –según contó su padre– llegó a la universidad a encontrarse con su hermana, pues la institución es un 'punto central' camino a su vivienda, en Puerto Colombia.
'Me llamaron a la empresa a decirme que mi hija estaba recluida, eso fue cerca de las 4:00 de la tarde. A mí se me hizo muy extraño, porque ella fue a encontrarse con su hermana, que estaba encerrada dentro de la universidad.