En una situación similar se encuentran las personas trans. La transfobia se manifiesta de múltiples maneras en elecciones, principalmente, en la forma cómo estas personas son tratadas al momento de ejercer su derecho, recibiendo comentarios desobligantes por parte de autoridades electorales y de la fuerza pública. Además, les exigen identificarse de una forma que anula su construcción de género.
De cara a las elecciones del próximo mes de octubre, los ciudadanos tenemos el deber de generar espacios de discusión colectiva sobre planes de gobierno y políticas públicas esenciales para el desarrollo de nuestras comunidades que permitan una interlocución con los candidatos, no desde la postura del votante pasivo que espera un salvador para su ciudad, sino la de un ciudadano corresponsable con su entorno, su futuro y el de su familia.
Se debe anotar que, sobre las bases sociales del petrismo recae una responsabilidad que no es menor. Y no es otra que consolidar procesos regionales que dentro de escasos 16 meses presente candidaturas viables para implementar a nivel subnacional los planteamientos que se recogen en el ideario de gobierno del Pacto Histórico y en el Plan Nacional de Desarrollo que se formule en la presidencia de Gustavo Petro.
Votar es importante, este derecho es un pilar fundamental que sostiene el funcionamiento de la democracia. En este sentido, no deberíamos dejar que la decisión la tomen únicamente otras personas. Si votamos será mucho más factible que el proyecto político que queremos para el país gane legitimidad y deba ser tenido en cuenta, independientemente de que gane nuestro candidato o no.