Atlántico

Espirulina, otra oportunidad de negocio en Galapa

El proyecto del que se benefician seis familias del municipio es una de las grandes apuestas del gobierno municipal que contribuyen al crecimiento comercial y económico del mismo.

La parcela de los Godoy se convirtió en su principal fuente de ingresos. En la vereda Alpes de Sevilla, en Galapa, Carmen Godoy detiene sus labores cada media hora para mover la pileta en la que de forma artesanal fabrica la espirulina, considerada por la industria de la salud como ‘el oro verde’. 

Esta microalga fue declarada por la Organización de las Naciones Unidas como el “mejor alimento para el futuro” debido a las propiedades nutricionales que posee. Por tal razón, desde hace tres meses la Alcaldía de Galapa en alianza con la Fundación Atlántida decidieron crear e invertir en un proyecto que pudiera favorecer a seis familias de este municipio para crear,  desde sus hogares, un producto que les permitiera tener ingresos fijos. 

“Estoy muy agradecida porque la Fundación nos escogió para realizar este proyecto. Me gusta porque puedo trabajar en la pileta, hacer otras cosas en mi casa y tengo la visión de tener más piletas para seguir ayudando a las personas de la comunidad que necesitan este medicamento natural”, manifiesta Carmen Godoy, cultivadora de espirulina y líder del proyecto. 

El proceso para su fabricación es arduo. Se necesita disciplina, paciencia y responsabilidad para que el resultado final pueda ser comercializado con éxito. Para lograr una espirulina de excelente calidad lo primero que se debe hacer es mover la pileta para que el alga se reproduzca más, cuanto más densa esté el agua, es mejor. Luego se lleva a un prensado artesanal para sacar toda el agua posible hasta que quede la pasta solamente.

El proceso de deshidratación tarda de 4 a 5 horas.

La pasta que se extrae de la prensa se introduce en una pistola pastelera para hacerla en forma de fideos y llevarla a un horno para ser deshidratada. Este proceso dura de cuatro a cinco horas. Una vez se deshidrata el alga, esta se empaca en bolsas que son ubicadas en lugares secos para evitar los riesgos de contaminación del producto. 

Aunque la espirulina está hecha de forma artesanal,  cuenta con características técnicas específicas que deben ser cumplidas a cabalidad y supervisadas diariamente por profesionales en materia de salubridad pertenecientes a la Alcaldía de Galapa y la Gobernación del Atlántico quienes velan para que las piletas y el productos estén en buenas condiciones y así pueda venderse con confianza. 

Una alianza para el desarrollo

Para crear, implementar y mantener este proyecto la Fundación Atlántida se unió a la Oficina de Unidad Municipal de Asistencia Técnica Agropecuaria (UMATA), de la Alcaldía de Galapa, con el fin de desarrollar nuevas alternativas que contribuyan al crecimiento económico del municipio y crear empleos para sus habitantes. 

La microalga debe moverse media hora.

“Las seis familias que hacen parte de este proyecto son miembros activos de una asociación de campesinos legalmente constituida con sede en una vereda de aquí llamada Las Margaritas. Nosotros priorizamos a la mujer rural y en la parcela Los Godoy la mayoría son mujeres, por eso decidimos redireccionarla”, manifiesta Luis Carlos Ferreira, director de la UMATA.

Entre los requisitos fundamentales para poder vincularse a esta iniciativa están ser madres cabeza de hogar, asistir a las reuniones, estar al día con las cuotas de sostenimiento de la organización a la que pertenezca, tener voz y voto en asambleas generales, tener un espacio donde se pueda instalar la infraestructura y por último que sea del municipio o perteneciente a una población vulnerable. 

“Este tipo de proyectos beneficia a familias con condiciones económicas difíciles que perdieron oportunidades laborales en la agricultura tradicional. La idea fue innovar en sistemas productivos donde tuvieran mayores ingresos implementando menos capacidad de trabajo y beneficiando a toda la familia porque generarán sus propios ingresos, cabe aclarar que eso depende de ellos mismos y la demanda en el mercado del producto”, expresa Ferreira. 

Breiner Benavides es un joven que vio en el cultivo de espirulina la oportunidad para mejorar sus condiciones de vida. “Este proyecto me interesó desde que empezamos con las capacitaciones y hoy veo el resultado con la venta de la primera cosecha. Estoy agradecido con las personas que nos eligieron y ahora queremos elaborar más piletas para seguir cultivando”, manifiesta.

Por su parte, José Vargas, alcalde de Galapa, manifestó su entusiasmo por contribuir a dinamizar la economía de las familias campesinas del municipio.

“Nos enorgullece que iniciativas innovadoras como estas aporten a la salud de niños, jóvenes y adultos. También, agradecemos a cada una de las familias que han creído en este proyecto y a la fundación Atlántida por su labor social en nuestra comunidad.Desde Galapa continuamos invirtiendo y gestionando para el progreso de todos”.

La pileta donde se fabrica la espirulina debe estar ubicada en un terreno plano donde el sol llegue a la microalga de forma directa para aumentar su reproducción.

Beneficios para la salud

Consumir espirulina puede traer muchos beneficios a la salud porque posee un sin número de proteínas y minerales que ayudan a contrarrestar los efectos de enfermedades cardíacas, digestivas o que afecten directamente el sistema inmunológico. 

“La espirulina es una proteína reconocida mundialmente por la ONU, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO), y la Organización Mundial de la Salud( OMS), como el alimento del Siglo XXI porque fortalece las defensas, tiene la mayor fuente de hierro, proteína y muchas vitaminas”, explica Iván Reátiga, médico y director de la Clínica Campbell.  

Este suplemento se viene utilizando desde hace tiempo para combatir los problemas de mal nutrición que tienen mayor presencia en países con pobreza extrema. La nutricionista y decana de la facultad de Nutrición y Dietética de la Universidad del Atlántico, Esperanza Flórez, explicó que esto se da por “la alta concentración de proteínas que posee el alga y que ayudan a disminuir el riesgo de enfermedades asociadas a la hipertensión, colesterol, diabetes, esas que son potencialmente prevenibles y que se puede hacer a través del consumo de espirulina”.

Además, añade que otros de los beneficios que posee esta microalga es que “permite limpiar el organismo de productos tóxicos, protege los riñones, el hígado y según estudios ha logrado prevenir el cáncer, la anemia, herpes, VIH, ayuda a los síntomas alérgicos, artritis y síndromes premestruales”. 

En cuanto a su uso como suplemento dietético esta es usada mayormente por deportistas y personas adultas o de la tercera edad  que realizan actividades físicas o manejan altos niveles de estrés.

Proyección nacional e internacional

Después de haber vendido exitosamente su primera producción de espirulina, Los Godoy y las otras cinco familias pertenecientes a este proyecto se encuentran más motivados a seguir cultivando. Ahora la meta es abrirse espacio en el mercado nacional con miras a la exportación. 

“La visión que tenemos micro empresarialmente es crecer pero también limitar la producción porque no podemos vincular a mucho personal. Al hacerlo corremos el riesgo de tener sobre producción lo que bajaría el precio de la espirulina y con él los ingresos de quienes la cultivan. La idea es tener un tope en temas de producción y de miembros que hagan parte del sistema productivo. Estamos evaluando si desde la Fundación se entra en ese proceso o si se le vende a una empresa exportadora” expresa Luis Ferreira. 

Para lograr ese objetivo la Alcaldía y la Fundación lograron un enlace con el SENA Regional Atlántico que les permitirá a los campesinos cultivadores de espirulina capacitarse en otras áreas y potencializar los conocimientos de la agricultura tradicional.

Por el momento los miembros del proyecto se encuentran recibiendo capacitaciones que también van dirigidas a los jóvenes pensando en el relevo generacional del sector. “Lo que se pretende es ir vinculando a niños y jóvenes pertenecientes al núcleo familiar de los beneficiados a los procesos productivos para garantizar la continuidad del proyecto con el tiempo”, puntualiza Ferreira.

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