El Heraldo
Una de las once canteras legalizadas por la autoridad ambiental en Puerto Colombia, ubicada sobre la Vía al Mar. Josefina Villarreal
Atlántico

Canteras en Puerto que contaminan zonas de humedales

En el Atlántico hay 48 canteras legales y 30 más que operan sin permiso  Expertos indican que el impacto en el medio ambiente es “grave”.

La mancha de sedimento que apareció hace unas semanas en el lado norte del Lago del Cisne, y que la Secretaría de Medio Ambiente atribuyó a material de arrastre producto de las canteras, puso en evidencia los riesgos y afectaciones que trae la actividad minera para el medio ambiente.

En el departamento donde hay una extensión territorial de 330.000 hectáreas en sus  municipios, en  promedio, la explotación minera ocupa más de 500 hectáreas de tierra y la ilegal más de 100.

En este territorio, donde la explotación del suelo data de hace medio siglo, la actividad de las canteras está relacionada con la producción de caliza, arena, arcilla, grava, conglomerado de piedra china y  materiales de construcción, “de lo cual puede concluirse que no se requieren grandes infraestructuras para realizar la actividad ilegal”, dice un informe de la CRA.

Para su legalización, las actividades mineras requieren de una licencia ambiental, instrumento que está contemplado en el Decreto 1076 de 2015. Pero antes de tramitar la licencia, las compañías deben contar con un contrato o título minero, otorgado por el Ministerio de Minas y Energía, proceso que muchas optan por pasar en alto.

Los permisos se otorgan si no se trata de un área protegida o de una zona que conecte con un ecosistema predominante, según la autoridad ambiental.

“Aunque se otorguen permisos hay una línea vasta ambiental que se debe conservar”, agrega Juliette Sleman, asesora de dirección de la CRA.

En el Atlántico hay 48 proyectos de explotación minera legales, ubicados principalmente en los municipios de Luruaco, Repelón, Puerto Colombia, Juan de Acosta, Tubará y Santo Tomás; pero también existen 30 más que operan de manera ilegal, según la Corporación Autónoma Regional.

Igualmente el ente ambiental señaló que Luruaco con 13 empresas, es el municipio con mayor actividad minera legal; es decir que cumple con títulos y licencias otorgadas o por la CRA o por la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla). En su orden le sigue Puerto Colombia con 11. Y en el mismo orden son los que más procesos sancionatorios tienen por actividad ilegal. El primero tiene 11 y el segundo ocho. .

Asimismo se ha detectado que otros municipios afectados con actividad ilegal son: Galapa, Sabanalarga y Santo Tomas, “por ser municipios que poseen grandes yacimientos de piedra caliza”.

Destrucción del paisaje

Aunque la actividad se hace de manera legal y se regula por medio de un estudio de impacto ambiental, los expertos consideran que las consecuencias de la explotación minera no logran ser del todo amortiguadas y traen afectaciones a recursos naturales como agua, aire y suelo.

La razón de esto “es la expansión de la infraestructura que aumenta la demanda de materiales de construcción que se extraen precisamente de las canteras de áridos tales como arena, grava y gravilla”, dice el ingeniero Oswaldo del Castillo.

Y la consecuencia es la “deforestación y degradación forestal que destruye el paisaje”, según el biólogo, experto en conservación y medio ambiente de Uniatlántico, Luis Carlos Gutiérrez.

“Lo que aducen estas compañías y los entes ambientales es que es necesario el trabajo minero y que en la clausura, una de las etapas que cumplen las canteras, podrán recuperar la vegetación, pero no es tan efectivo”, sostiene Gutiérrez.

Otro problema que el experto señala como “grave” es la elevada actividad minera ilegal, el cual genera mayor impacto, teniendo en cuenta que sin un estudio ambiental, el daño causado al entorno es de gran extensión porque no hay  “un plan de contingencia, de mitigación, sobre los efectos colaterales que genera esta actividad”.

Por ejemplo, se debe tener un plan de amortiguación de efectos sobre las escorrentías, los cambios de ruta de agua, “deben tener una guía estructurada”. El biólogo cita el caso de la mancha de sedimento que apareció en el lago El Cisne, el cual según su análisis tuvo como origen en uno de los canales del lago que conecta con varias canteras en Puerto Colombia.

“Si se carece de estudios que se suponen que nos deben dar garantías, entonces ¿qué sucede con el recorrido del líquido, con la permeabilidad del suelo y los efectos de riesgos de arrastre de contaminantes que antes era amortiguados por parte de la estructura vegetal?”, es el interrogante que abre el ambientalista.

Planes de compensación

Las medidas de compensación que se autorizan como parte “del aprovechamiento forestal”, obligan a las compañías mineras a sembrar o a ejercer actividades que lleven a la mitigación del impacto causado.

“Hay ocasiones en que las actividades de compensación no se hacen directamente en el área de influencia, sino en zonas que puedan contribuir a mitigar los impactos que se ocasionan en una cuenca”, explica  la asesora de dirección de la CRA.

En otras palabras si la cantera está en Puerto Colombia, pero la cuenca está relacionada con Mallorquín, las compensaciones se harán en la zona que tenga conectividad con el ecosistema.

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Genera material particulado

Aun cuando están legalmente constituidas, el uso de  explosivos para abrir los cráteres, regularmente fractura parte de la roca y de la estructura del suelo, lo que ocasiona en conjunto con las brisas, la proliferación de material particulado.

“Si se levanta una nube de polvo y esta trae depósitos de algunos materiales como azufre, manganeso, magnesio que se desplazan en la atmósfera y llegan a tener contacto con la vegetación en zonas cercanas a los cultivos, el material particulado provocará  afectaciones en la productividad, en el caso de las personas pueden generar algunas reacciones desde alérgicas a afectaciones en la piel”.

 “El impacto ambiental de una cantera bastante significativo pero q se podrá  amortiguar si tiene un plan de manejo ambiental que permitan minimizar esos impactos”.

Otros agravantes de los yacimientos tiene relación con el ruido que producen constantemente, aumento del tráfico vehicular y la posibilidad de sismicidad ya que las excavaciones y las explosiones genera movimientos sísmicos que deterioran o poner en riesgo infraestructura existente.

Para contrarrestar las actividades ilegales, la CRA dijo que trabajan en medidas preventivas de suspensión de actividades y en procesos sancionatorios. Aunque, el mismo ente ambiental enfatiza que la labor requiere el apoyo de otras autoridades como Alcaldías y Policía Ambiental.

De acuerdo con Minminas el sector minero mueve al país porque atrae inversión, genera regalías, impuestos y contraprestaciones económicas que financian inversión para la reducción de la pobreza y el desarrollo territorial.

Las canteras suelen ser explotaciones de pequeño tamaño, aunque el conjunto de ellas pueda representar, posiblemente, el mayor volumen de la minería en el mundo.

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