Por las amenazas de la caza y el tráfico ilegal, el Paujil de Pico Azul, un ave que habitó desde la Costa Caribe hasta el Bajo Cauca y el Magdalena Medio, se encuentra en riesgo de desaparecer. Por este motivo, la Fundación Proaves hizo un llamado de manera urgente al Estado Colombiano, autoridades ambientales y organismos internacionales para proteger las zonas de conservación donde aún habita esta especie.
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“Desde 1992, esta majestuosa ave ha figurado en la Lista Roja de las Américas por sus escasos registros y amenazas como la caza y el tráfico ilegal. Pedimos al estado detener la deforestación en su área de distribución, impulsar programas educativos que sensibilicen a las comunidades sobre su valor, y combatir la caza y el tráfico ilegal de esta especie emblemática”, comentó la fundación.
Además, mencionó que “una realidad crítica es que el 92% del hábitat de esta ave ya se ha perdido. Los nuevos modelos realizados en 2024 con la plataforma Biomodelos y científicos del Instituto Humboldt revelan una alarmante contracción del hábitat. Hoy, el Paujil solo ocupa 7.882 km², apenas el 5,8 % del área que debería habitar, lo que representa una reducción del 55 % en menos de una década.
De esta manera, Kruzi Paloma Carrillo, directora de Proaves, informó que se llevó a cabo un encuentro nacional para construir un Plan de Acción que frene la pérdida de esta especie única y endémica de Colombia, hoy catalogada en peligro crítico.
“Este encuentro nos reafirma la urgencia de unir esfuerzos institucionales, comunitarios y científicos. La amenaza sigue siendo grave. Solo una acción coordinada y sostenida podrá garantizar un futuro para esta especie”, Carrillo León.
Durante esta jornada, que se desarrolló en las instalaciones del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras – INVEMAR en Santa Marta, se abordaron seis ejes estratégicos como lo son: “protección y gestión del hábitat, políticas e instrumentos de conservación, investigación y monitoreo, control de caza y comercio ilegal, mejoramiento de programas de cría en cautiverio y reintroducción, participación comunitaria y educación ambiental”.
Este plan de acción reunió a más de 40 actores estratégicos: instituciones científicas, autoridades ambientales, organizaciones conservacionistas, asociaciones ornitológicas, universidades y representantes de comunidades de las regiones donde aún sobrevive el Paujil.