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En el marco del último día del Foro de Desarrollo Local de la OCDE se llevó a cabo el panel “Empoderando a la juventud en las Américas y el Caribe”, organizado por el Youth Congress for Sustainable Americas, que reunió a líderes y expertos, quienes reflexionaron sobre el poder transformador de la juventud en el desarrollo social, económico y ambiental de sus territorios.

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Esta jornada que combinó inspiración, análisis y acción, puso en el centro del debate la necesidad de impulsar el liderazgo juvenil en América Latina y el Caribe, regiones donde cerca del 25 % de la población está conformada por jóvenes, la conversación giró en torno a un consenso claro: sin juventud, no hay transformación posible.

Cuatro voces de líderes y expertos en trabajo social, innovación, emprendimiento y participación territorial, compartieron sus visiones y experiencias sobre cómo empoderar a nuevas generaciones desde distintos enfoques. Cada uno de ellos expuso historias reales de impacto, estrategias comunitarias y apuestas por el liderazgo colectivo.

Nathalie Gerbasi, directora de Desarrollo Institucional y Capacitación de CAF , fue la encargada de moderar la conversación, y fue enfática en que el verdadero empoderamiento comienza por reconocer que los jóvenes no son futuros líderes, sino protagonistas actuales del cambio. Desde esa premisa, Gerbasi ha impulsado programas de formación en habilidades blandas que permitan a la juventud transformar ideas en proyectos sostenibles.

“Los jóvenes saben lo que necesitan sus comunidades, pero muchas veces les faltan las herramientas para articular, comunicar y ejecutar. Ahí está el reto y también la oportunidad”, explicó durante su intervención.

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Gerbasi también recalcó la importancia de trabajar de la mano con las instituciones públicas para ubicar a los jóvenes en el centro del diseño de políticas. “No es un favor, es una decisión inteligente”, señaló en alusión al potencial transformador que tienen las juventudes cuando se sienten incluidas.

Pequeñas grandes ideas

John Akinboyewa, fundador de HungreeApp, viajó desde Nigeria para compartir su historia de liderazgo comunitario. Desde su adolescencia, en una zona donde no contaban con electricidad, creó junto a sus amigos un sistema alternativo para alumbrar sus hogares. Hoy lidera una plataforma tecnológica que combate la inseguridad alimentaria. Su mensaje fue claro: “No hace falta tener todo resuelto. Lo que necesitas es propósito. No tienes que pedir permiso para hacer el bien”.

Akinboyewa invitó a los jóvenes de América Latina a creer en el valor de sus ideas y convertirlas en proyectos con impacto, incluso cuando parezcan pequeñas o imposibles.

A su turno, Steven Pérez, director del Movimiento Juvenil Solidario Internacional, reflexionó sobre la necesidad de superar los modelos de liderazgo tradicional y fomentar estructuras colectivas dentro de las organizaciones juveniles. Desde su experiencia, ha promovido la figura del “armador”: ese joven que no busca protagonismo, sino que se dedica a ensamblar procesos, a construir desde la base.

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“Para que exista verdadera transformación, no es necesario presumir de un nombre, es necesario que la máquina funcione”, señaló en alusión a los engranajes que hacen posible el cambio estructural. Steven también destacó ejemplos de liderazgo silencioso, como el de funcionarios públicos locales que, sin ser figuras visibles, están generando impacto real en su territorio.

La sesión cerró con una reflexión que sintetizó el espíritu de la jornada: trabajar con las comunidades, no para ellas. Reconocer que el cambio nace de la escucha, del trabajo conjunto y de la confianza en el potencial de las personas, especialmente de las juventudes.

El espacio no solo ofreció ejemplos inspiradores, sino también rutas concretas para avanzar hacia una participación juvenil más activa, crítica y estructurada. Como se concluyó en el panel, el futuro no se espera, se construye. Y en esa construcción, los jóvenes ya están poniendo los cimientos.