Nawar Jiménez ya se había enfrentado a un gran peligro: ser mujer trans, ser lideresa y reclamar justicia en una sociedad que se intimida por la diferencia.
Esta semana fue brutalmente asesinada en el Carmen de Bolívar (Bolívar), un territorio marcado por décadas de conflicto.
Nawar no fue “una más”. Más allá de sumarse a una larga lista de víctimas de violencia por prejuicio en el país, Jiménez fue un símbolo de justicia en su territorio: hacía parte del sujeto de reparación colectiva Lgbtiq+ del municipio, trabajaba por los derechos humanos y era voz de muchas otras que siguen vivas, pero en vilo constante.
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El cuerpo de la víctima fue encontrado en una cuneta ubicada a la entrada del municipio. Jiménez presentaba una herida en la cabeza presuntamente provocada con un objeto contundente.
Ante este hecho, la ONU instó al Estado colombiano garantizar “justicia, verdad y no repetición”, así como alertó sobre el patrón de violencia que se repite en el mismo municipio.
“Urgimos al Estado a garantizar verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición y combatir la impunidad que perpetúa la violencia basada en prejuicio. Recordamos la importancia del enfoque de género y diversidad, en las investigaciones”, remarcó la ONU.
En su mensaje, la organización alertó frente a los graves riesgos que se evidencian en contra de la comunidad Lgbtiq+, recordando a Dania Sharith Polo, lideresa trans asesinada en 2023 en este mismo municipio.
Cifras alarmantes
La ONG Caribe Afirmativo presentó un informe que documenta y analiza el estado de los derechos humanos de la comunidad Lgbtiq+ en el país con énfasis en el año 2024, un periodo marcado por el fortalecimiento del discurso de odio, retrocesos institucionales y una escalada en distintas formas de violencia por prejuicio.
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Tal como el informe indica, entre 2020 y 2024 se registró un alarmante aumento de la violencia contra personas Lgbtiq+ en Colombia.
En promedio, cada dos días una persona con orientación sexual o identidad de género diversa fue asesinada, mientras que cada 1.8 días alguien fue amenazado por las mismas razones.
De igual manera, los homicidios en 2024 aumentaron un 3,79% respecto a 2023, mientras que los casos de violencia sexual se dispararon en un 67 %, con un promedio diario de dos personas Lgbtiq+ víctimas de agresiones sexuales.
Por su parte, al menos 28 personas fueron amenazadas por semana, 226 defensores fueron intimidados y 649 personas fueron víctimas de hostigamiento y discriminación.
Uno de los grandes hallazgos revelados por el análisis de la entidad, fue que la violencia contra la comunidad, varía según el contexto geográfico y las intersecciones con otras vulnerabilidades como: la edad, el nivel social y económico, la etnia o la pertenencia a comunidades marginadas.
En el informe, los departamentos con mayor asesinato a la comunidad ocurrido en el 2024 son: Valle del Cauca, con 26; Antioquia, con 24. Le siguen Bogotá, con 10, y Bolívar, Atlántico y Santander con 7 casos cada uno.
En Atlántico, por su parte, las cifras disminuyeron de 13 a 7 (-46 %); no obstante, instan a hacer un análisis a esta descendencia para determinar si corresponde a una disminución del riesgo en contra de personas Lgbtiq+ o un subregistro de las denuncias por mala praxis en el proceso penal.
Por otro lado, los hombres cisgénero, gais y bisexuales han sido las principales víctimas en los departamentos de Antioquia y Valle del Cauca, cada uno con 11 casos reportados.
A estos territorios les siguen Bogotá (6 casos), Atlántico (5) y Chocó (5), lo que sugiere “una concentración significativa de violencia en estos departamentos”.
En cuanto al caso de las mujeres trans, el Valle del Cauca lidera con 6 homicidios, luego el Cauca con 3 casos. Y el Atlántico, Cesar, Risaralda y Santander registran 2 casos cada uno.
Modalidades
Caribe Afirmativo documentó 30 asesinatos con arma de fuego contra personas Lgbtiq+ en 2024. Del total, 18 víctimas eran hombres gais y 8 eran mujeres trans.
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La mayoría de los crímenes están relacionados con modalidades de sicariato y ocurrieron en espacios públicos, como vías urbanas y zonas boscosas.
Los departamentos con mayor número de casos fueron Atlántico, Bolívar, Cauca, Norte de Santander, Santander y Valle del Cauca.
El informe destaca que muchos de estos homicidios estuvieron acompañados de otras formas de violencia, siendo la tortura una de las más recurrentes.
Además, se identificaron 10 víctimas que habían sido previamente amenazadas, como es el caso de un hombre gay asesinado en el Carmen de Bolívar, cuyo nombre aparecería en un panfleto de un grupo armado ilegal.
También se registraron cuatro asesinatos de personas que fueron reportadas como desaparecidas antes de ser halladas sin vida.
Estos casos ocurrieron en Antioquia, Chocó, La Guajira y Risaralda; las víctimas fueron dos mujeres trans, un hombre trans y un hombre gay.
El informe también señala un patrón sostenido de violencia contra mujeres trans, observado desde años anteriores.
En lo corrido de 2024, Caribe Afirmativo logró documentar los detalles de 21 de los 25 homicidios registrados contra mujeres trans.
De estos, 15 ocurrieron en espacios públicos, en varios casos, vinculados al ejercicio del trabajo sexual. Los otros 8 sucedieron en lugares privados, como hoteles y residencias.
Respecto a los métodos utilizados, 8 asesinatos se cometieron con armas de fuego, 6 con armas blancas o corto punzantes y 2 con objetos contundentes.
En cuatro casos hubo evidencia de tortura, y en tres las víctimas habían recibido amenazas previas.
Estos hechos ocurrieron en Bogotá, Antioquia, Caldas y Valle del Cauca.
Crimen por temporadas
Los datos analizados muestran una variabilidad en la frecuencia de homicidios contra personas LGBTIQ+ a lo largo del año, con meses de mayor incidencia seguidos por periodos de disminución.
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Abril y mayo registraron los picos más altos, con 16 y 21 casos respectivamente.
Especialistas sugieren que este comportamiento puede estar influenciado por factores sociopolíticos y culturales que incrementan la exposición y vulnerabilidad de esta población.
Un ejemplo claro es el Día Internacional contra la Homofobia, Transfobia y Bifobia, celebrado el 17 de mayo, una fecha que suele aumentar la visibilidad de la comunidad, pero también puede desencadenar reacciones hostiles por parte de sectores intolerantes.
En contraste, marzo y julio presentaron un descenso significativo, con apenas 7 homicidios en cada mes.
Esta reducción podría estar vinculada a factores estacionales, como cambios en la dinámica social o ajustes en las condiciones de seguridad, que impactan directamente en la actividad delictiva.
Tras la baja registrada en julio, la violencia repuntó en agosto con 13 casos y se mantuvo elevada durante septiembre y octubre, con 15 homicidios en cada mes.
Este comportamiento confirma que la violencia contra personas Lgbtiq+ no sigue un patrón predecible, sino que responde a condiciones estructurales y coyunturales que requieren un análisis más profundo.
Uno de los hallazgos más desalentadores del informe es el estado de los procesos judiciales: de 1.314 casos de amenazas documentados, el 99,8% sigue en etapa de indagación.
Esto significa que, prácticamente, ningún caso ha avanzado hacia juicio o condena. La impunidad es, entonces, un mecanismo que perpetúa la violencia.