El exministro de Desarrollo Económico, Mauricio Cárdenas, alertó que Colombia está incubando múltiples crisis que, de no ser enfrentadas con responsabilidad y visión colectiva, estallarán en los próximos años con consecuencias irreversibles.
Su intervención en medio del Tercer Congreso Bananero 2025 que se desarrolla en Santa Marta fue un llamado a despertar del letargo político y social en el que, según él, se encuentra buena parte del país.
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Cárdenas aseguró que el país no puede seguir esperando que los problemas se resuelvan solos. Rechazó la pasividad institucional y social y criticó la comodidad con la que distintos sectores han optado por mantenerse en la inercia mientras el país acumula tensiones estructurales.
“Ese supuesto de que yo sigo en lo mío y el país avanza ya no es válido”, sentenció. La gravedad de sus palabras radica en la contundencia del diagnóstico: Colombia no está simplemente mal, “está al borde de una transformación negativa profunda si no actúa ya”.
Uno de los temas más preocupantes que expuso el también exministro de Transporte fue el inminente riesgo de un racionamiento eléctrico hacia 2027. No es una suposición, dijo Cárdenas, sino un hecho técnico sustentado por datos de XM, la entidad que monitorea la oferta y demanda de energía en el país. La raíz del problema: negligencia y trabas burocráticas en proyectos estratégicos de energías renovables en La Guajira, frenados por licencias ambientales y procesos de consulta previa.
“El país no se puede dar el lujo de frenar por exceso de trámites mientras la demanda sigue creciendo”, enfatizó.
La comparación con el apagón de 1993 no fue gratuita: advirtió que el próximo gobierno podría enfrentarse a una crisis energética tan disruptiva como aquella.
En otro frente, Cárdenas denunció un desbalance fiscal insostenible. La apuesta actual del mercado, el llamado “efecto Chao Petro”, supone que todo se resolverá mágicamente con la llegada de un nuevo gobierno en 2026. “Eso no es más que una ilusión peligrosa”, dijo.
Comparó el momento actual con el caos fiscal heredado por Andrés Pastrana tras el derroche del gobierno Samperista. Según Cárdenas, el próximo presidente no tendrá más opción que hacer un severo ajuste fiscal. “Vamos derecho a un 1998 recargado”, afirmó, recordando cómo Pastrana pasó su mandato apagando incendios fiscales y no construyendo país.
La tercera crisis señalada por el exministro fue la de seguridad, que según él ha regresado a niveles alarmantes. Rechazó la idea de que la violencia esté concentrada en regiones marginales; ahora golpea de frente al sector productivo. Casos como la quema de un centro de empaque bananero evidencian que la extorsión, el secuestro y la intimidación ya afectan al corazón empresarial del país.
“No podemos esperar a que la situación escale al nivel del Caguán para reaccionar”, dijo, aludiendo al fracaso del proceso de paz en tiempos de Pastrana que derivó en el auge del paramilitarismo y el conflicto armado generalizado.
Quizás el punto más emocional de su intervención fue su crítica al colapso del sistema de salud. En palabras de Cárdenas, el presidente actual ha sido hábil en demoler estructuras, pero incapaz de ofrecer soluciones reales. Relató casos desgarradores de personas que mueren esperando una cita médica o la entrega de medicamentos.
“Estamos pagando el precio de una reforma improvisada y de una visión ideológica que destruye sin tener un plan claro para construir”, afirmó. Lamentó que ningún presidente reciente haya tenido que enfrentar una crisis de salud tan profunda como la actual.
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Cárdenas reconoció que el consumo de los hogares es históricamente alto, también advirtió que eso genera una sensación de bienestar engañosa.
Lo preocupante, dijo, es el desplome de la inversión empresarial, un síntoma claro de desconfianza y parálisis. “Hoy, en Colombia, la respuesta más común de un empresario a una nueva idea es: ‘esperemos a ver’... eso es mortal para cualquier economía”, denunció.
Atribuyó esta desconfianza al carácter intervencionista del actual gobierno, que en lugar de ver al sector privado como aliado lo ha tratado como enemigo. Criticó propuestas como el gravamen a las ventas o la amenaza de regulación en sectores estratégicos. Para Cárdenas, este modelo de confrontación con el empresariado es un error ideológico que está hipotecando el futuro del país.