Los encuestadores resultaron grandes derrotados del plebiscito colombiano del último domingo. No es la primera vez que se equivocan en forma estrambótica. Y no es que hayan realizado de modo erróneo su actividad. Es que no tiene otro contenido su oficio que el engaño. La mayoría de los encuestados no dice en estos casos la verdad, como cuando, preguntados por los programas de televisión que prefieren, responden que los culturales pero ahí los ves mirando telenovelas, deportes y porno, productos de otra cultura.
En la Costa Caribe, ganó la abstención y después el No. Mucha gente le echó la culpa a Matthew, el huracán de turno. Y a que llovía. O a que no pagaban el voto. Irresponsables, no les importó su suerte ni la de sus hijos y nietos. Ignorantes, no leyeron ni las síntesis del acuerdo. Manipulados, les faltó actitud crítica y se pusieron en manos de Dios. Es necesario enseñar a “aprehender” desde la infancia lo que informan los medios de comunicación, a no tragar entero, a leer entre líneas, a no confundir el mapa con el territorio…
El Acuerdo de paz tiene mucho de oso. Le falló el timing a nuestro Presidente. La idea de encerrarse con las Farc a encontrar la manera de ponerle fin a un conflicto de 52 años fue estupenda. Le pidió opinión a gentes del mundo entero, revisó sus 290 páginas, las firmó y celebró en Cartagena con invitados internacionales de punta en blanco, pero a él le hizo siempre falta la sensación de democracia e insistió en armar el plebiscito.
Esa idea era también buena pero ha debido ponerla en práctica mucho antes de la celebración mundial. Si así lo hace y gana el No, habría podido enderezar el timón y, con el respaldo de su pueblo, invitar al mundo y celebrar. Por el contrario, quizás creyó que, con el apoyo internacional manifiesto, las luces prendidas y los himnos sonando, la mayoría de los colombianos entregarían su Sí. No pensó que buena parte del país se mantuvo durante varios años desinformado de lo dialogado en La Habana. Y que pudo sentirse irrespetado, despreciado, por el Gobierno.
Tengo la sensación de que los abanderados del No se conformarán con dar amnistía a la soldadesca de las Farc, redistribuir el mismo perdón y el mismo olvido entre guerrilleros y militares investigados. Ah, y compartir la gloria de firmar el acuerdo.
Las Farc han dicho que al Acuerdo de Paz no se le puede mover una letra. Que ese es el convenio a reglamentar. Pero también ellos pidieron, aceptaron, firmaron el plebiscito, confiando también en la apuesta del Presidente: que el Sí barrería. De modo que ahora deben ayudarle a encontrar, sin dilaciones, una solución. La solución.







