Nadie debe prohibir la posibilidad de amar. Los niños huérfanos tienen derecho a ser adoptados por familias dispuestas a ofrecerles un hogar. El hecho de que las personas sean solteras, viudas o homosexuales no puede ser la justificación para evitar la adopción. La propuesta de la senadora Viviane Morales y su esposo Carlos Alonso Lucio, violenta los derechos de los niños y los adultos que conforman un modelo de familia diferente al convencional. Se basan en la orientación sexual y el estado civil de los colombianos para debatir lo inimaginable, para tapar la tiranía a la que nos quieren someter. Se aprovechan de los miedos de un pueblo conservador y en su mayoría católico, juegan con las creencias y la fe por puro calculo electoral.

El oportunismo político se escuda detrás de un referendo. La senadora Viviane Morales pretende que únicamente puedan adoptar familias biparentales. En Colombia el 51% de las familias rompen la regla de papá y mamá. El referendo afectaría a más de la mitad del país.

Es absurdo que en el congreso se debatan temas discriminatorios. Se deberían defender los derechos y la libertad, proteger el futuro de nuestros niños, no acorralarlos a un callejón sin salida, negarles la oportunidad de una familia.

El concepto de familia ideal es irreal, mucho más en un país como el nuestro. En el 2015 se reportaron 18 mil casos de abuso sexual a menores de edad, la mayoría ocurren dentro de familias biparentales, sin contar los que no se denuncian. En el 75% de los casos el violador es un familiar cercano. Vivimos en un país machista. No existen familias perfectas, pero sí seres humanos buenos, dispuestos a formar un hogar. No pueden dejar de postularse personas que sean competentes para adoptar por su orientación sexual y estado civil. Es un atentado contra la dignidad humana.

Una gran amiga decidió a sus 27 años inseminarse y ser madre soltera por elección. Su hijo no tiene papá, no se murió o los abandonó. Simplemente no existe. Es una mujer que ejerce su derecho a la libertad, a la independencia. Ella le explicará a su hijo su decisión. Nadie debe juzgarla. Ella tiene toda la autonomía para tener a su hijo sola. En el caso que el referendo pasara los siguientes debates y llegara a ser una realidad en Colombia, personas como mi amiga Juana no tendrían la posibilidad de escoger a su familia, estarían condenadas a unos estándares sociales que son absurdos e incompresibles. Se negaría la opción de inseminación y adopción a todo aquel que no conforme una pareja heterosexual. Se le cortarían las alas a la justicia, la igualdad y el amor. Miles de niños huérfanos perderían la posibilidad de tener un hogar, a varios hombres y mujeres se les arrebataría el derecho a elegir.

Los modelos de familia se trasforman, evolucionan. No podemos luchar en contra de lo imparable. Lo que sí podemos hacer, es educarnos para entender y respetar. El punto es comprender que existen varias posibilidades y debemos aprender a vivir sin miedo, sin rechazo social. El debate del referendo es el reflejo de una sociedad egoísta e hipócrita. Un congreso que defiende sus intereses y no los verdaderos objetivos del pueblo.
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