El pasado 25 de noviembre se conmemoró el Día Internacional de la No Violencia Contra la Mujer. A lo largo del país se escucharon varias voces a favor de esta importante causa, hubo marchas y eventos que buscaban concientizar a las personas frente a esta problemática. Sin embargo, en medio de esta jornada, me surgió una pregunta: ¿hasta dónde llega la violencia de género?
La violencia contra la mujer se mimetiza y puede tomar formas insospechadas. No solo es violento el que la golpea, el que abusa sexualmente de una de ellas, o el que le dice palabras vulgares. No. La violencia también tiene unos matices mucho más sutiles, pero no por eso dejan de ser también devastadores.
Desde niñas y a medida que vamos creciendo, a las mujeres se nos refuerzan creencias que si no estamos maquilladas, con el pelo cepillado, con joyas y vestidos llamativos no somos hermosas. Sin contar, que a esto se le suman otras creencias como el tener que estar super delgadas, o el usar zapatos de tacón porque “debemos” vernos altas y estilizadas.
Esto, por supuesto, mina la autoestima de muchas mujeres y las hace sentir que valen menos. Lo más triste es que es una violencia y un maltrato que se han ido volviendo ‘paisaje’, por decirlo así, ya que cada vez este tipo de discursos hacen más parte de nuestra cotidianidad.
No en vano cada vez proliferan más las cirugías estéticas, y por supuesto, los aprovechados que saben cómo sacarle el jugo a esto en clínicas de garaje. No en vano cada vez nos crean más “necesidades” estéticas y de moda, que nos vuelven consumidoras voraces.
¿Pero si en vez de enseñarnos a las mujeres desde pequeñas que necesitamos de una serie de artificios para ser hermosas, nos refuerzan la autoestima? Ese debe ser el norte de nuestra formación como mujeres. Nuestro valor está en muchos aspectos, y solo al valorarnos haremos que los demás lo hagan.
Una mujer que se valora no permite que otro la maltrate. ¡Todo lo contrario! Una mujer que se ama y se estima sabe que debe respetar y ser respetada. Así que más autoestima y menos maquillaje.
Por si acaso: Con mucha tristeza vemos que el candidato/presidente sigue creyéndose el único dueño de la solución para alcanzar la paz. ¿Si no es él, no es nadie? Los colombianos podemos alcanzar ese anhelo sin necesidad de entregarle la democracia a las armas y a los cilindros bomba de la Farc.
@Tatacabello