A través de la Declaración de Santiago de Chile, el 18 de agosto de 1952 Ecuador, Perú y Chile realizaron una reivindicación territorial en su zona marítima de 200 millas. Con el transcurso del tiempo esta declaración sirvió para que esos países se defendieran ante la ONU y lograran que la conferencia sobre el Derecho del Mar se implementará como la zona económica exclusiva.

La Comisión Permanente del Pacífico Sur, CPPS, que surgió de dicha declaración, y a la que Colombia se unió en 1980, se definía de manera rotativa, es decir el periodo de cada sede era de cuatro años, hasta que 2000 Ecuador propuso ser la sede permanente en Guayaquil.

Además de hacer reivindicaciones, la CPPS también desarrolla estudios y planes de acción para mejorar la zona costera del Pacífico Sur. Igualmente para evitar la destrucción a través de la basura marina de las playas, a tal punto que evolucionó su investigación sobre el cambio climático.

Tan pronto uno observa lo acontecido hace unas pocas horas en Santiago de Chile, donde el tsunami dejó un saldo 12 personas muertas y produjo la evacuación de más de un millón, uno se pone a pensar en la conveniencia de que una comisión permanente del Pacífico Sur, enseñe pedagógicamente los riesgos y los avances que tiene el mar.

Hubiera sido preferible que la sede continuara de forma rotativa aunque este mecanismo represente unos costos para los gobiernos que tienen que asumirla cada cuatro años, porque al ser rotativa, crea una conciencia y una pedagogía en cada país donde está radicada en ese momento.

Frente al fenómeno del tsunami en Chile originado en un sismo de 8.4 en la escala de Richter, nos ponemos a pensar en la necesidad que tiene Colombia de volver a replantear a través de la Cancillería la posibilidad de continuar siendo rotativa la sede de la CPPS ya que todos los temas relativos a esta entidad son vitales para la vida de Chile, Ecuador, Perú y Colombia. Y de igual manera sean abordados por la Alianza del Pacífico, que a su vez es un organismo para el movimiento de capitales y aspectos comerciales.

Estos también se ven afectados por los fenómenos atmosféricos, biológicos y marinos. En otras palabras, si se trabaja mancomunadamente, en estos momentos Colombia estaría en una posición privilegiada para poder ayudar y colaborar con el gobierno de Chile, e igualmente para que los colombianos tomaran más conciencia de lo importante que es el medio ambiente y en especial, fenómenos como el tsunami que toma por sorpresa y que requiere de un sistema de alerta temprana, no solamente del Pacífico Sur, sino también en el Caribe.

En muchas ocasiones Colombia no ha aprovechado su vinculación a dichos organismos para aprender e inclusive para solicitar y ofrecerse como sede que nos pondría en una posición realmente privilegiada. Eso significa que nuestra política exterior en este y muchos aspectos hay que replantearla.