Un actor jamás podrá vivir solo del teatro: Juan Ángel
El intérprete, recordado por su papel en ‘Café con aroma de mujer’, es uno de los invitados nacionales del XVII Salón Internacional del Autor Audiovisual.
En Barranquilla sigue celebrándose el XVII Salón Internacional del Autor Audiovisual, realizado por la Cinemateca del Caribe.
El evento, que inició formalmente el viernes 18 de octubre, continuará presentando cineforos y filmes hasta el 24 de octubre, día del cierre.
Las filosofías y experiencias de los actores invitados podrán ser compartidas con los asistentes hasta hoy durante el último conversatorio y taller.
El actor nacido en Palma de Mallorca, y radicado en Colombia, Juan Ángel, merecedor de cuatro premios India Catalina, un premio ACPE, un premio TV y Novelas, entre otros, es uno de los invitados y moderadores del evento. En esta oportunidad dialogó con EL HERALDO sobre la ética del actor y su realidad laboral.
Un actor se guía por las órdenes del director y lo establecido en un guión. ¿En qué momento entra a jugar su ética si considera que su actuación va en contra de la moral y el respeto del público?
Es una situación más sencilla de lo que parece. El director ha contratado una actriz, la quiere ver desnuda, ella no sabía y no quiere. Se presenta el conflicto. Siempre prima el derecho y la ética del actor. Ella decide renunciar y ese director no la vuelve a llamar jamás. Hay que tener claro que siempre te pasan un guión. Si este es una apología al delito, si va en contra de los principios y valores del actor, este está en todo el derecho a no hacerlo. Los que pueden tener más problemas son los actores cristianos porque las historias tienden a romper los valores, si no, no serían valiosas. Una historia interesante tiene la capacidad de penetrar en el fondo del espectador.
¿Cuáles son sus límites como actor? ¿De qué no sería capaz?
Creo que lo único que no haría sería interpretar a una mujer agraciada, porque mi físico no me lo da (ríe). De resto me siento en capacidad de hacerlo todo. Aquí el punto está en la fuerza del ensayo. Uno de los grandes déficits que tienen los actores en Colombia es no reconocer el valor de la repetición y la preparación. Cuesta trabajo. Si tienes que hacer una carambola en billar y nunca la practicas, nunca vas a hacerla. Es repetición, prueba y error hasta que estés listo.
¿Durante su carrera alguna vez han repudiado alguno de sus personajes por considerar que transmite algún mensaje negativo?
Eso suele pasarle a los que interpretan villanos. Recuerdo que le pasó algo curioso a Santiago Bejarano, que hizo de Miguel Tejeiros, en Café. Su personaje era un farsante que nunca pagaba una cuenta. Un día cuando llegó a un café, le hicieron énfasis de que la tenía que pagar. El público se involucra mucho con nuestro personaje. En teatro es la única vez que me ha tocado. Una vez hice un personaje destructivo e inmoral y la gente lo odiaba.
¿Qué opina de las continuas novelas y series en torno a capos de la mafia, ‘prepagos’ y el conflicto armado que muestran en el país?
Creo que es importante conocer cosas de nuestro conflicto, pero no cayendo en la apología. Todas estas series lo que reflejan es que no tenemos clara nuestra historia. El país tiene que aclarar qué pasó con el narcotráfico. No es una cuestión sencilla porque el narcotráfico sigue ahí. Nuestra política está totalmente permeada de la más innoble y rastrera corrupción. El poder local sigue siendo del narcotráfico en algunas ciudades y pueblos del país. Sencillamente hay que seguir hablando de eso. En el caso de la serie Tres Caínes, más que apología, creo que hay un error estilístico. Querían contar la vida cotidiana y terminaron haciéndoles apología a unos personajes que le han hecho mucho daño al país. Es un problema estilístico.
¿Un actor puede vivir solo del teatro?
No puede. No da la plata suficiente y no conozco ningún caso. Normalmente tienen otros oficios, como profesores. Debe complementarse. La taquilla de un teatro nunca, nunca, pero nunca, le va a dar a un actor para sostenerse en la vida. Eso sí, el teatro es esencial para cualquier actor. Debemos hacer más teatro desde el colegio. Hagámonos dueños de ese lenguaje desde chicos. Hagamos clásicos.
¿Qué opina del cine colombiano?
El cine colombiano está en una especie de estallido de riqueza que nos está sobrepasando a todos, gracias a la nueva Ley de Cine aprobada desde el 2003 y la creación del Fondo para el Desarrollo Cinematográfico. Pero aparte de eso, yo invito a los directores, y es algo completamente subjetivo, a que dejen de llamar a actores naturales porque realmente los rangos y registros de estos son muy pequeños. Parece que hay que enseñar a algunos directores a dirigir a actores. Saben dirigir cámaras y luces, pero que aprendan a dirigir actores.
¿Hasta este punto de su carrera, cómo se ve a sí mismo?
Estoy aburrido de la encasillada. Me he rebelado contra eso y me ha costado. Papeles con corbata que cambian de color y la posición detrás de un escritorio me prometí que no los volvía a hacer. Si me van a llamar para hacer siempre lo mismo, no quiero. Quisiera volver a hacer personajes clásicos, personajes retados. La edad empieza a exigirte ciertas cosas y personajes. En el fondo lo que quiero son buenos guiones. No tengo problema de hacer un encorbatado si tengo un buen guión y buenos actores que nutran la actuación.
