Rincón Juniorista | EL HERALDO

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Teófilo Gutiérrez (2012 II): Tras una larga ‘Teonovela’ (fue la primera edición), el barranquillero regresó. Venía de Lanús. Fue una negociación dura como la que se sostuvo ahora. Aquella vez sí llegó el goleador. Antonio y Fuad Char lo presentaron. Archivo
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Los fichajes más sonoros de Junior en los últimos 12 años

A propósito de la frustrada contratación de Teófilo Gutiérrez, un vistazo a una lista de nombres cuya negociación despertó expectativa.

Ya no estamos en aquellos días en los que Junior se podía dar el lujo de incorporar en su plantel a figuras de talla mundial, a futbolistas realmente legendarios como el brasileño Garrincha. Ese gambeteador empedernido que tenía una pierna más larga que la otra y que engañaba a los defensas con total facilidad y espectacularidad, se puso la rojiblanca el domingo 25 de agosto de 1968. 

Manuel Francisco dos Santos, como era su nombre completo, tenía 35 años de edad y ya no gozaba de la plenitud física y claridad futbolística con la que condujo a Brasil hacia dos conquistas de la Copa del Mundo (Suecia-1958 y Chile-1962). El licor había inundado su vida y los entrenamientos disminuyeron en su rutina, pero, aun así, con un abdomen con más grasa que músculo, mostraba vestigios de su magia. Cuentan, los que tuvieron la fortuna de verlo en el gramado de un estadio Romelio Martínez repleto hasta las banderas, que  desbordaba y lanzaba centros con su sello de calidad. 

Junior perdió 3-2 ante Santa Fe en lo que fue debut y despedida de Garrincha del equipo tiburón. “Salió entre aplausos y rechiflas porque no llenó las grandes expectativas que había con él. No anotó, se fue en blanco”, recuerda William Vargas Lleras, periodista de EL HERALDO que asistió al juego cuando era niño. 

Garrincha no firmó contrato. Pactó 3 mil dólares por partido. Su amor por la cantante Elza Soares precipitó su salida, pero en Barranquilla y la historia del club quedó la estela de esa estrella. Fue fugaz en Junior, pero eterna en el fútbol del universo.

La llegada de Garrincha fue como si hoy en día viniera Ronaldinho con su condición actual, ya sin ritmo de competencia, pero con su nombre rimbombante intacto.   

De todas formas, a Junior no solo venían astros en el ocaso de sus carreras. Por aquí anduvieron otros míticos jugadores brasileños como Heleno de Freitas (1951) y Dida (1966-1967). Este último, que siempre es rememorado por los hinchas rojiblancos por sus goles de chilena, también contribuyó a que su país se coronara campeón mundial en Suecia-1958.

Hubo más mundialistas que brillaron en el conjunto tiburón, como el uruguayo William Martínez, que fue entrenador y jugador del equipo al mismo tiempo en 1967. El charrúa hizo parte de la selección celeste que protagonizó el ‘Maracanazo’ y alcanzó el título en el mundial en Brasil-1950.

Garrincha el día que jugó con Junior en el Romelio.

Una lista inolvidable

Son muchos los fichajes que han despertado gran expectativa y luego resultaron exitosos para Junior a lo largo de sus casi 93 años de historia. Algunos (solo algunos) de los integrantes de esta larga lista de inolvidables son los siguientes: los uruguayos Nelson Díaz y William Martínez, los brasileños Garrincha, Dida, Heleno de Freitas, Quarentinha, Othon Valentín, Roberto Botejara, Ayrton, Escurinho, Othon Dacunha, Do Amaral, Paulo Cézar Lima y Víctor Ephanor. Lor argentinos Juan C. Delménico, Eduardo Solari, ‘el Patón’ Bauza, Carlos Ischia, Carlos Babington, Daniel Teglia y Juan M. Tutino, el peruano Julio César Uribe y los samarios Didí y Carlos Valderrama. No alcanza el espacio para tantos.

Juan Guillermo Cuadrado, que hoy en día brilla en Juventus y la Selección Colombia, estuvo a punto de convertirse en jugador de Junior en 2009 y hasta alcanzó a ser presentado como tal. Pero el negocio que parecía redondo resultó cuadrado cuando los directivos del DIM, dueño de sus derechos deportivos, le ordenaron que regresara a la capital de Antioquia porque con ellos no habían negociado. Llegó el mismo día que Braynner García, quien sí se quedó.

Definitivamente eran otras épocas. Antes, a finales de los 70 y en los 80, un directivo podía sentarse en su escritorio, abrir la revista El Gráfico y ver qué figura del fútbol argentino se les antojaba contratar. Juan Ramón ‘la Bruja’ Verón, Carlos Babington y Daniel ‘el Bocha’ Ponce plasmaron su clase y jerarquía en el césped del estadio Romelio Martínez 

Estamos en tiempos en los que cualquier jugador latinoamericano asoma algo de talento y de inmediato se lo llevan a Europa. Los argentinos, brasileños y uruguayos de primer nivel se van al viejo continente por cifras imposibles de pagar para Junior y cualquier equipo colombiano. Si por algún motivo no tienen cabida en las grandes ligas, México y Brasil aparecen como la otra opción.

En los últimos 20 años, a Colombia arriban, en su mayoría, extranjeros desconocidos que, en algunos pocos casos, luego dan de qué hablar como los argentinos Sergio Galván Rey, Germán Ezequiel Cano y Franco Armani, entre otros.

Son más frecuentes los casos de foráneos que pasan sin pena ni gloria porque su nivel no es superior al de los criollos.  

En medio de ese panorama desventajoso económicamente para los clubes nacionales, a Junior le cuesta más que una ‘Teonovela’ el deseo de traer de vuelta a Teófilo Gutiérrez. Sin embargo, en los últimos doce años ha alcanzado a hacer algunos fichajes sonoros, no con tan escandalosos como traer a Garrincha, ‘la Bruja’ Verón o ‘El Pibe’ Valderrama (a quien contrató en 1993), claro está, pero trascendentes para la esfera nuestra. 

La llegada de Omar Pérez, por ejemplo, no dejó de levantar polvareda porque se trataba de un jugador campeón de la Copa Libertadores con Boca Juniors, con una calidad tipo exportación, pero con un inconveniente crónico que no le permitió pasar los exámenes médicos en el Porto de Portugal, donde habían detectado su talento.

Pérez arregló un contrato especial, en medio de voces de apoyo y otras críticas que no avalaban su presencia por la artrosis en una de sus rodillas, pero el argentino se encargó de evidenciar en la cancha que le alcanzaba para encumbrarse en Colombia. Todavía está jugando y ganando títulos el volante creativo que aterrizó en Barranquilla con solo 23 años y procedente del Banfield.

El fichaje de Giovanni Hernández, luego de un culebrón similar al que vimos de Teo en estos días, y el de Sebastián Viera son otros botones para la muestra. El ‘10’ venía de ser campeón y figurón en el Colo Colo. El guardameta charrúa, que fue semifinalista de la Champions League con Villarreal, vino del Larisa de Grecia y fue un gran golpe de opinión.

Pero que las incorporaciones sean sonoras no quiere decir que tengan el éxito garantizado. Dayro Moreno, que acaba de ser contratado por Atlético Nacional, lo que muchos consideran el refuerzo más importante de la próxima Liga, fue fichado por Junior junto con Teófilo Gutiérrez en 2012, pero la octava estrella no se bordó. 

El arquero chileno Nelson Tapia, con el Mundial de Francia 98 encima, atajó en Junior de manera deficiente. Llegó con nombre, pero sin el vigor y la agilidad de sus mejores años.

A Michael Ortega  lo trajeron del fútbol europeo y su rendimiento estuvo muy por debajo de lo que se le auguraba en Colombia. 

Cada caso es distinto. Nada asegura nada, no obstante, una afición ‘mal’ acostumbrada en el pasado a nombres como el de Garrincha, siempre espera, y es comprensible, nombre sonoros.

Nelson Tapia (2005 II): Llegó estando en la Selección de Chile, pero con 39 años los reflejos ya no eran los mismos.
Víctor Pacheco (2006 I): Junior repatrió a uno de los ídolos del club después de varios años en el fútbol mexicano.
Omar Pérez (2006 II): Su retorno luego de su paso por Jaguares de México levantó una gran expectativa.
Casiano Mendes (2006 II): El brasileño, por la calidad que mostraban sus videos, emocionó a los hinchas rojiblancos.
Gabriel Fernández (2007 I): Sus exitosos antecedentes en Millos entusiasmaron a la afición, pero defraudó.
Giovanni Hernández (2008 I): Su arribo generó un ambiente positivo en torno al equipo. Se convirtió en ídolo.
Luis Yánez (2008 II) y Martín Arzuaga (2008 II): Al samario lo trajeron del Lille y al cesarense del Rosario Central.
Adrián Berbia (2009 I): Llegó tras ser figura y campeón con el América. Todos pidieron su llegada y luego su salida. Le fue mal.
Jaime Córdoba (2009 I): Se hablaba de que era uno de los jóvenes con más futuro, pero nunca brilló acá.
Ricardo Ciciliano (2009 I): Después de brillar en varios clubes del país recibió un segundo chance en Junior.
Freddy Grisales (2009 II): Su nombre ilusionó, pero finalmente su desempeño estuvo lejos de lo que se le conocía.
Paulo César Arango (2010 I): Era el jugador más destacado del fútbol nacional cuando llegó a Junior.
Sebastián Viera (2011 I): Despertó una enorme expectativa y en la cancha respondió. Es el ídolo actual.
Dayro Moreno (2012 II): Su contratación resultó rimbombante porque andaba en un nivel alto.
Michael Ortega (2013 II): Su fichaje fue un ‘boom’. Lo trajeron de Alemania, pero acá no pudo triunfar.
Macnelly Torres (2015 I): Vino de Arabia. Fue la figura que le trajeron a Alexis Mendoza. Luego pasó a Nacional.
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