Claudia Mosquera, líder afrodescendiente, fue víctima de hostigamiento racial en Cartagena.

El sábado 19 de enero, mientras esperaba junto a su esposo en la fila de una caja registradora, a Claudia Mosquera Rosero, cartagenera, socióloga e investigadora del Centro de Estudios Sociales de la Universidad Nacional, la vida se encargó de enseñarle la cruda realidad de la discriminación racial. Sus estudios, enfocados hacia las comunidades afrodescendientes de Colombia, no sirvieron para comprender y mitigar el ataque racista del que fue víctima en un almacén del sector de San Diego, en Cartagena.

A escasos centímetros del cajero, Claudia y su esposo, un colombiano de origen francés, sostuvieron un fuerte altercado con una mujer, quien de forma agresiva e intimidante, los hostigó, profiriéndoles insultos racistas, xenófobos y amenazas en su contra, dejando así en evidencia una problemática que aún no cesa y que afrontan ciudades de la región Caribe y el país entero de forma diaria.

“Una jovencita que estaba con la persona que me atacó se encontraba leyendo revistas. Mi marido, de forma educada, le dijo a la chica que se encontraba obstruyendo la caja. De inmediato, la mujer que me atacó le dijo que esa no era forma de hablarle a la joven. Cuando ésta iba a cancelar, tenía un producto en sus manos y dijo: voy a llevar este producto al lugar en donde lo encontré para buscar el precio. Esto lo hizo adrede. Es en ese momento cuando yo le digo que lo lamentaba, pero que ella no podía hacer eso puesto que su turno había pasado”, detalla Claudia.

Según el relato de Mosquera, cuando intentó pasar con sus artículos para cancelarlos, rozó levemente la mano de dicha mujer, quien vuelve a reaccionar de forma desmedida, gritando e insultándola por su color de piel, atribuyéndose a sí misma una supuesta superioridad racial. “¿¡Qué pasa!? ¿¡A esta negra inmunda qué le pasa!?”.

“Yo le dije: ¿perdón?, y me gritó: ¡sí negra!, estoy hablando con vos, porque negra eres. ¡Qué asco que mi mano haya tropezado tu piel!”, cuenta Claudia, a quien aún le cuesta creer el episodio que vivió.

Mosquera le advirtió, delante de todos los que allí estaban presentes, que la discriminación racial es un delito en Colombia, a lo que ella, jocosamente replicó: ¡qué va a ser un delito, negra inmunda!

Lo más impactante de este hecho, según cuenta Mosquera, fue haber presenciado un delito del que ella es consciente que ocurre –por su condición de investigadora–, pero que jamás había vivido en carne propia, con espectadores que no salieron a su defensa, sino que se fueron lanza en ristre contra ella y su esposo, por el simple hecho de responder a una agresión.

“Una mujer que nada tenía que ver con lo que sucedió le dijo a mi marido: tú, extranjero, vete a tu país. Pasó otro hombre, que escuchaba atento lo que sucedía, y gritó: ¿tú qué haces aquí, italiano? Regresa a tu país”.

La situación, bochornosa para cualquier persona, terminó con la llegada de tres agentes de la Policía, quienes acudieron con actitud de ataque en contra de Mosquera, desconociendo que ella era la víctima en este incidente. Tras tomarles sus datos a los involucrados, y como punto final de la situación, uno de los tres policías, cartagenero y afrodescendiente, le aconsejó a Mosquera que dejara de ser “resentida”, puesto que a él normalmente lo ofendían por ser negro, y simplemente “lo dejaba pasar”.

En la mayoría de estas situaciones discriminatorias, las víctimas toman una actitud pasiva y permisiva, ignorando a su agresor y simplemente recibiendo todo el daño sicológico en medio del silencio. En este caso particular, Claudia Mosquera se armó de valor y denunció a su agresora ante la Fiscalía General de la Nación, quien habría violado la Ley 1482, que tiene por objeto garantizar la protección de los derechos de una persona, que son vulnerados a través de actos de racismo o discriminación. ( Antecedentes- ver infografía)

Voces de rechazo. Juan de Dios Mosquera, líder y presidente del Movimiento Nacional Cimarrón, que propende por los derechos de las comunidades afrocolombianas, repudió este lamentable incidente, argumentando que es necesario que el Gobierno capacite a las autoridades y a la comunidad en general sobre los delitos de racismo y discriminación, todo con el fin de manejar este tipo de situaciones que se presentan anualmente, y que terminan en la impunidad.

“Para el movimiento Cimarrón, este es un gravísimo caso, que no es único, pues se presentan similares diariamente en Cartagena, de las personas que se creen españolas descendientes, en contra de la gente afrocolombiana. Es una lucha constante que sufren los cartageneros afros, y es algo que las autoridades deben aprender a tratar”, afirma.

Según Mosquera, a la ONG que dirige le llegan semanalmente unos 10 a 12 casos de discriminación racial. En su mayoría, estas denuncias provienen de Bogotá, Cartagena, Barranquilla, Cali y Medellín, donde se concentran poblaciones afrocolombianas que buscan mejorar su calidad de vida. De estos casos, en lo que va corrido de Junio a Diciembre de 2012, solo cuatro están siendo judicializados. Esto se debe a que muchas veces no existen los elementos probatorios suficientes, o no se presentan testigos que puedan aportar al proceso.

En la Presidencia de la República, existe un programa encargado de formular estrategias y acciones para el desarrollo de la población afrocolombiana, negra, palenquera y raizal. Su director, Óscar Gamboa, calificó el incidente como “vergonzoso” e informó que ya se está trabajando en este caso particular, para que no quede impune y se cumpla la ley.

“Rechazamos de tajo, a nombre del Gobierno, este tipo de prácticas vergonzantes para la sociedad y para la democracia, que vienen ocurriendo todos los días. Existe un decreto, una Ley de la República, que penaliza la discriminación racial, y cuando es en un sitio público, la pena aumenta en un año”, explicó el alto funcionario de Gobierno.

El principal problema que enfrentan los organismos de control, según señala Gamboa, es el desconocimiento del racismo como delito. Es por ello que, tras lo ocurrido, ya se contactó con el Comandante General de la Policía, el Fiscal General de la Nación y la Procuraduría, para iniciar un proceso pedagógico en el país, construyendo una fuerte estrategia contra la discriminación racial.

La problemática del hostigamiento racial, aunque trata de ser invisibilizada por algunos sectores, es real y está vigente.

Aún existe ese rechazo en contra de la población afro. El clasismo en la esfera social aminora en cierto modo la condición étnico-racial, y es por ello que en múltiples casos en nuestro país, las personas afrodescendientes ubicadas en una clase social alta, no pasan por ser negros, y no reciben el rechazo tan directo que podría recibir un afrocolombiano situado de clase social baja. Sin embargo, no siempre suele suceder así.

A medida que el Gobierno avance en materia de integración, educación y protección de los derechos, los rezagos discriminatorios de la colonia esclavista podrían desaparecer. Igualmente, la labor de la ciudadanía en general es ser conscientes de que la pluralidad étnica es lo que ha permitido que el país sea lo que es hoy culturalmente. La discriminación, desde donde se mire, solo sirve para desintegrar y resquebrajar cimientos de una sociedad.

Por Luis Iglesias Monsalve
@LuisIglesiasM


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