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Hernando Vergara

Un estudio del Centro de Investigación Económica y Social, Fedesarrollo, sobre la Ley de Fronteras y su efecto en el comercio de combustibles líquidos evidencia que en el Departamento del Cesar las estaciones de servicio desviaron grandes volúmenes de gasolina subsidiada hacia el Atlántico.

'El norte del Cesar se nutre de las plantas de abastecimiento ubicadas en Baranoa, Barranquilla y Galapa, en el Atlántico, y Sitio Nuevo en el Magdalena, todos fuera de la zona de frontera, generando incentivos para desarrollar exitosamente la desviación parcial del cupo de combustibles', dice el estudio.

Fedesarrollo indica que si se comparan las tendencias de compras de gasolina en los dos departamentos es posible postular que la baja tendencia de consumo en Atlántico y la alta en el Cesar se explican, entre otras razones, porque el primero se podría estar abasteciendo en parte con la gasolina subsidiada del segundo y el segundo parcialmente abasteciéndose del contrabando ordinario desde Venezuela.

Entre 2001 y 2009 las compras de gasolina en el Cesar crecieron cerca del 360%, mientras en el Atlántico se redujeron en un 40%. Este comportamiento se refleja en la relación entre cupos y compras.

Las estaciones barranquilleras han disminuido de manera sostenida sus compras de gasolina, mientras que los municipios en zona de frontera que se abastecen desde la planta de dicha ciudad han aumentado su consumo.

Si se mantiene la metodología de cálculo de los cupos estos municipios crearán un mayor historial de compras, obtendrán un mayor cupo y estarán en capacidad de desviar aún más galones de gasolina, reduciendo el recaudo de sobretasa en Barranquilla.

PIMPINEROS DENUNCIAN. Por más de 20 años, el contrabando de combustible ha imperado en el municipio de La Paz, por su cercanía con La Guajira.

Sin embargo, solo hasta hace dos años las estaciones de servicios legales empezaron a pronunciarse frente a los supuestos efectos de la actividad irregular.

Para Juan Wild, representante de los pimpineros en La Paz, los dueños de las gasolineras también le hicieron trampa al sistema. Aprovechando el combustible subsidiado que les facilitó el gobierno, sin pagar IVA ni impuesto global lo que abarataba los costos, lo revendían en Barranquilla.

Dicen los pimpineros que el desbarajuste económico para el comercio legal llegó cuando el Gobierno estableció un puesto de control en El Copey, lo que les impidió sacar el combustible para revenderlo en la capital del Atlántico, lo que les impedía ganarse la diferencia entre el valor subsidiado y el costo de venta en Barranquilla donde la sobretasa es más alta.

Con ese freno al contrabando técnico las estaciones de servicio en Valledupar, estas dejaron de comprar cerca de 2 millones de galones de gasolina, sostienen los pimpineros.

Por Miguel Barrios
miguel.barrios@elheraldo.com.co
Valledupar