Johnny Hoyos"Es difícil que a Emilio Otero Dajud se le escape algún detalle, por mínimo que sea, como secretario general del Senado.

En Córdoba el nombre de Emilio Otero Dajub es sinónimo de influencia y poder, y en las mentes de esta región aparece la imagen del sahagunense fornido que conquista éxitos personales desde la Secretaría General del Senado desde hace una década.

Es otro Emilio ‘avispado’ a la hora de hacer lobby para sus propias finanzas, porque como bien es de conocimiento público el polémico contratista Emilio Tapia también es de este municipio cordobés.

Si su tocayo y casi vecino Tapia se ganó la confianza del exalcalde de Bogotá Samuel Moreno para la adjudicación de millonarios e inconclusos proyectos viales, Otero se ha ‘metido al bolsillo’ a un buen número de senadores que le han permitido su reelección en la Secretaría General de la Cámara Alta, desde que en 2002 fue elegido con 53 votos, en reemplazo de Pedro Pumarejo, uno de los descabezados con el famoso Proceso 8 Mil.

Incluso, en Sahagún se dice en los corrillos que los Emilios son ‘llaves’ y hasta socios en el negocio de caballos de paso fino, aunque nadie asegura haberlos visto juntos, por lo menos en ninguna temporada de relajamiento en la llamada ciudad cultural.

A Otero lo recuerdan como el bachiller del colegio oficial Andrés Rodríguez, que después del grado decembrino se achantó en la casa familiar de la calle 15 con carrera 9, donde quedó en otrora el famoso bar El Gato Negro, justo frente al parque Simón Bolívar.
El predio es producto de una herencia que obtuvo el fallecido progenitor de Emilio, Ramón Otero, pero fue convertido en vivienda y en un almacén de repuestos de carros que ya no existe. Don Ramón también heredó tierras en la zona de La Mojana y el San Jorge, cerca de Ayapel.

Desde esa casa partió Emilio Otero a Bogotá a finales de los 90, convidado por el exsenador sahagunense Joche Elías Náder, amigo de don Ramón.

El bachiller llegó a la ciudad capitalina a experimentar el frío y a utilizar chaquetas mientras hacía las veces de mensajero al servicio del político que le dio la oportunidad de salir del ardoroso Sahagún. Supo hacer bien los mandados y entonces el mismo Joche Elías influenció para que también manejara encargos y misiones del Parlamento, al tiempo que empezaba sus estudios de derecho.

En Sahagún lo describen como el bachiller mamador de gallo y agraciado y quizás esas mismas cualidades le sirvieron para ganarse la confianza de quienes elaboraban las leyes cuando él hacía filas en los bancos o regaba documentos en las heladas oficinas bogotanas.

Ya graduado en profesional del derecho su nombre es postulado para ser secretario general del Senado, tal como ocurrió en 2002. El éxito se repite con mejores resultados en 2004 al pasar de 53 a 96 votos, se mantiene en el cargo y suena como reelecto en el próximo periodo, si es que no materializa su aspiración a la gobernación de Córdoba.

“Es que Emilio Otero se ha codeado con quien tiene que codearse”, advierte un desprevenido habitante de Sahagún, en el parque recién remodelado, frente a la casa donde habita la progenitora del político, Julieth Dajub.

La vivienda es de color blanco y está antecedida por dos robustos árboles de laurel que le proporcionan sombra a vendedores estacionarios de agua, jugos y minutos de celular. Allí es donde llega el ‘perpetuo’ secretario del Senado cada vez que visita a Sahagún.

Su presencia en el pueblo es notoria porque afuera permanece parqueada una de las 202 camionetas blindadas que tiene a su cargo y en la que lo recogen sus escoltas en el aeropuerto Los Garzones de Montería.

También es evidente una especie de oficina en la sabana toda vez que a la vieja casa de los Otero Dajub arriban senadores de otros departamentos costeños afanados por tratar temas privados con Otero.

Es una oficina improvisada, que en nada se parece a la que tiene en Bogotá, la más grande del Congreso, con tres salones, uno para su uso exclusivo y los otros dos que se los distribuyen sus diez auxiliares o colaboradores inmediatos.

Las pocas veces que no está ‘escondido’ se le observa muy serio en la terraza de la casa, fumando habano.

Prende el cigarro con el que apaga y en ese ejercicio repetitivo los sahagunenses han notado que le falta el meñique de la mano derecha, producto de un accidente como operario de la arrocera Sahagún, donde trabajó durante unos meses después de graduarse de bachiller, en una temporada de rebeldía tras no querer entrar a la universidad.

Ninguna persona en Sahagún señala una propiedad de Otero, pero advierten que es dueño de una finca en zona rural (vecina de la de Emilio Tapia), donde se la pasa de manera clandestina con su familia, la que muy pocos conocen. Se dice que el sahagunense se casó con una profesional de la capital del país. Es el segundo de cuatro hermanos, uno de ellos fallecido: Ezequiel. Sus hermanas Nesa e Ivón laboran en Córdoba. La primera trabaja en Montería, al parecer vinculada con un programa social del Estado, y la segunda es fisioterapeuta del hospital local San Juan, en Sahagún.

PRECANDIDATO A LA GOBERNACIÓN. Otero fue el primer precandidato a la Gobernación de Córdoba, por iniciativa de los senadores del Partido de La U y sahagunenses Mussa Betsaile y Bernardo Elías Vidal. Sin embargo, la campaña que se había hecho pública en las redes sociales de Sahagún tuvo un giro político que terminó favoreciendo al actual mandatario, Alejandro Lyons Muskus.

En Sahagún no se descarta que Otero sea la próxima ficha de La U en las elecciones regionales, y muchos a boca llena dicen que no tiene necesidad de que nadie le preste plata para la campaña.

LOS ‘MÓDICOS’ SALARIOS

Aprovechando su íntima familiaridad con los parlamentarios, Otero –junto al secretario de la Cámara de Representantes, Jesús Alfonso Rodríguez– iban a ser los más grandes beneficiarios de la fracasada Reforma a la Justicia.

A ambos se les aprobó un aumento de sueldo, primas técnicas y de antigüedad que suman anualmente $359 millones.

El salario estaba discriminado así: una prima semestral de $40 millones 989 mil, una bonificación de dirección por $20 millones 494 mil; una prima de Navidad de $20 millones 494 mil, prima de vacaciones de $10 millones 247 mil, para un total de adición anual de $99 millones 398 mil.

Por Redacción Regional
SAHAGÚN.

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