“Los grupos ilegales no tienen la fuerza para arrinconar a todo un pueblo”, dijo un mototaxista de Sincelejo que se atrevió a salir a las calles de su ciudad a trabajar como cotidianamente lo hace, en momentos en que la banda criminal Los Urabeños promovía un paro armado en el país.
Este mismo valor civil lo replicaron miles de costeños, especialmente en zonas donde la organización al margen de la ley regó panfletos amenazantes para impedir que el comercio y el transporte fluyeran con normalidad; y aunque en escasos lugares tuvieron algún efecto, en términos generales el parte fue de normalidad.
El comandante de Policía en el Cesar, dijo que “la respuesta de los ciudadanos fue categórica ante los violentos, saliendo a trabajar por sus familias, sin ser vencidos por el miedo”.
Señaló que aunque en los municipios de Pailitas y Pelaya circularon los panfletos de la banda criminal, el acompañamiento de la Fuerza Pública generó confianza y el parte fue de normalidad.
El secretario de Gobierno en el Cesar, Augusto Ramírez Uhía, dijo que aunque se repartieron panfletos invitando a los comerciantes a no ejercer su actividad en estas localidades, la gente respondió creyendo en la institucionalidad saliendo.
“Ante los panfletos que aparecieron en estas localidades a las cinco de la mañana del jueves, respondimos con el apoyo a la población. Las autoridades controlaron la situación y no hubo situaciones que afectaran el orden público”.
El alcalde de Valledupar, Fredys Socarrás, sostuvo que “aquí estamos estrechando los vínculos de trabajo armonioso con la Policía y el Ejército, y como gobierno estamos dispuestos a poner todo nuestro empeño para que las Fuerzas del Estado garanticen la seguridad de los ciudadanos, e invitamos a las comunidades a enfrentar con valor civil estas calamidades”.
En la capital del Cesar tampoco hubo traumatismos frente al anunciado paro armado por la organización ilegal, aunque el asesinato de un taxista la tarde del jueves generó temor entre los transportadores que prestaron sus servicios en horas nocturnas, prefiriendo muchos de ellos en guardar sus vehículos.
Rechazo rotundo en La Guajira. Un rechazo generalizado contra el paro armado de las bacrim, expresaron los habitantes y autoridades en La Guajira. El secretario de Gobierno de Riohacha, Blas Quintero, dijo que aunque no se presentaron situaciones como en otras poblaciones, las autoridades se mantienen en alerta ante cualquier eventualidad.
El director de la Cámara de Comercio de este Departamento, Álvaro Romero, calificó este paro como un acto de soberbia de los grupos ilegales demostrar el supuesto poder que tienen. “Los nuevos gobernantes deben revisar cuanto antes las estrategias de seguridad, para evitar el crecimiento de estas organizaciones armadas y combatirlas de raíz”.
Carmelo Banquett, habitante de Riohacha, dijo que “este paro no tiene ni pies, ni cabeza, es algo que se debe rechazar y condenar”.
Indicó que es importante que las autoridades actúen de inmediato y que los miembros de estos grupos ilegales reflexionen sobre su accionar, porque están perjudicando a todo el pueblo colombiano.
Manuel Cassiani, vendedor ambulante, afirmó que el Gobierno Nacional debe tomar medidas decisivas ante este acto insólito que llevaron a cabo las autodefensas, para que no se vuelva a repetir y dijo que toda la población debe unirse para manifestar su rechazo total a estos grupos al margen de la ley.
Guaranda, Sucre, uno de los más afectados
Aunque en la mayor parte de la geografía costeña hubo normalidad, el municipio de Guaranda, al sur de Sucre, fue uno de los más afectados por esta situación. A raíz de panfletos amenazantes, el comercio cerró sus puertas y ninguna persona pudo salir o entrar al pueblo debido al bloqueo de los medios de transporte. “La gente permaneció dentro de sus casas por miedo” dijo el alcalde Norberto Beltrán. El mandatario expresó su preocupación y dijo que estos hechos deben evitarse por parte de la Fuerza Pública para que no siga afectándose la actividad comercial y lo peor el estado de ánimo de la gente.
En este Departamento, otras poblaciones como Sucre y Majagual, fueron afectadas al no poder movilizarse por la falta de transporte fluvial.
Por Redacción Regional