Luis Rodríguez Martha Sáenz"

Fueron muchas las frases y ocurrencias, pronunciadas por la gobernadora de Córdoba Martha Sáenz en la tertulia de EL HERALDO, que generaron risas y admiración entre los presentes.

Al ser preguntada cómo se sentía después del consejo de seguridad de anteayer en Montería, evento tras el cual se limaron asperezas con el Ministro de Defensa, dijo la mandataria: “Dormí más tranquila, y eso que yo soy dormilona”.

Habló con desfachatez, siempre golpeando en las erres como buena cordobesa, pero demostrando al mismo tiempo que es una mujer preparada.

Al quejarse de la falta de apoyo de los congresistas de la región, dijo que si ella convocaba a una reunión para hablar de embarazo adolescente, o de cualquier otro tema social, ninguno iba, lo que calificó de indolencia. En cambio, los congresistas acudían en masa si en la reunión iba a estar el Ministro de Obras. “No pueden ver ladrillo, cemento o varilla porque corren”, expresó.

Se quejó la mandataria de la falta de unión de los congresistas del Caribe. “Los antioqueños van unidos en todo, en cambio los nuestros no”.

Mencionó el centralismo como uno de los factores que hacen difícil la gestión de un mandatario costeño. “Uno va a donde un funcionario de quinta categoría en Bogotá y enseguida siente el desprecio, como si uno fuera a pedir limosna”.

Preguntada si consideraba que las llamadas bacrim eran una prolongación de las autodefensas, dijo que “al desmovilizarse los paramilitares, los mandos medios y bajos quedaron sin trabajo y lo único que sabían hacer era disparar. Lo peor es que antes, por lo menos, algunos jefes eran gente conocida de Montería, y si iban a matar a alguien, uno se enteraba y avisaba. Ya no”.

Dados los antecedentes de sus diferencias con el Mindefensa, llamó la atención cuando la Gobernadora dijo que no estaba de acuerdo con que el funcionario que ocupara ese cargo fuera un civil.

“Un general dura 35 años preparándose en lo militar para que venga a mandarlo un civil que no tiene nada que enseñarle”, apuntó.

La mandataria dijo que andaba “con la lista de muertos de Córdoba en la cartera”, precisando que sus quejas no han sido más que “un grito de dolor”.

Agregó, en tono sarcástico, que su departamento vivía tan olvidado que “nos ha tocado alegrarnos con el invierno de este año. Nos llegaron 160 mil millones de pesos. Llevábamos 50 años inundándonos y jamás nos habían mandado un peso. Entonces, ¡sigamos inundándonos!”.

La Gobernadora de Córdoba señaló que, una vez culmine su periodo, no tiene intenciones de seguir en la política. “Pero eso es como las mujeres cuando están pariendo: siempre dicen que no vuelven a quedar embarazadas”.

Calificó el desempeño de un cargo público como “un oficio de alto riesgo porque, por muy honesto que sea uno, siempre puede terminar en líos. Yo tengo un magíster, seis postgrados y todavía me da miedo firmar”.

Por último se refirió al oficio de Gobernador como “ingrato: uno se esfuerza por hacer obras en los pueblos y allá terminan creyendo que esas obras las hizo el Alcalde”. Anunció que se dedicará al estudio y a las obras sociales. EMS
 

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