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Hernando Vergara

En ‘bombas’ de tiempo se han convertido innumerables viviendas en la capital del Cesar que sirven como bodega para el expendio clandestino de gasolina de contrabando, negocio que ya ha dejado víctimas fatales y heridos, por lo que el alcalde Luis Fabián Fernández requirió al comandante de Policía del Cesar, coronel Hugo Javier Velásquez, a fin de que aplique los controles necesarios para frenar el ingreso de combustible ilegal a la ciudad.

Las incautaciones, según lo reveló el propio director seccional de la Dian, Álvaro Cuello, son mínimas frente a las altas cantidades de combustible venezolano que llega a este territorio, por trochas y carreteras, en vehículos adaptados especialmente para este fin.

El auge de este negocio pasó del municipio de La Paz, donde se vende abiertamente el combustible, al perímetro urbano de Valledupar donde ya existen sectores especialmente dedicados a la venta a precios inferiores que los de las estaciones de servicio nacionales.

En una comunicación del alcalde Fernández al coronel Velásquez le dice que 'la administración municipal, en su compromiso de brindar a la ciudadanía el orden y la tranquilidad, lo requiere para que se adelanten los operativos pertinentes a fin de controlar el ingreso de gasolina de contrabando a la ciudad'.

El mandatario aseguró que 'esta situación es preocupante por el gran número de viviendas que comercializan este producto ilegal, lo que pone en riesgo la vida de las personas, especialmente la de los niños y las de los adultos mayores, quienes se ponen al frente de estas ventas'.

Manifestó que para el desarrollo de estas actividades utilizan los interiores de las viviendas como depósito de las canecas que contienen el combustible.

'Esta situación, de igual manera, afecta la salud y un estilo de vida digno para las comunidades de los barrios donde se encuentran los expendios', advierte.

'Solicitamos —dice Fernández— de manera urgente se lleven a cabo las acciones para contrarrestar el contrabando ilegal, decomisando el producto y aplicando la ley a los infractores, a fin de prevenir tragedias que lamentar'.

El mandatario citó el caso ocurrido el pasado 6 de agosto en la calle 27 con la carrera 20 del barrio Primero de Mayo, donde una persona resultó con quemaduras de segundo grado, en el 90 por ciento de su rostro y su brazo izquierdo, por la manipulación de estos productos.

Ese caso se sumó al ocurrido en julio del año pasado cuando cuatro personas, entre ellas tres miembros de una familia, murieron calcinadas en una vivienda del barrio San Martín que servía como bodega de almacenamiento de más de 50 canecas de gasolina.

En la tragedia murieron los esposos Luis Fernando Álvarez y Blanca Oliva Navarro y su hijo Luis Fernando, de 13 años; además de un adolescente que dormía en un apartamento vecino. Al parecer Álvarez, de 38 años, se regó gasolina en el cuerpo mientras manipulaba las canecas, ingresó a la cocina y fue alcanzado por las llamas de un fogón, lo que originó la trágica conflagración.

El alcalde de Valledupar le ofreció al comandante de Policía todo su apoyo para contrarrestar esta actividad de la que dice mantiene mermado los ingresos del municipio por concepto de sobretasa.

Las autoridades han identificado las carreras 27 y 4 donde se expende el combustible libremente. EFE

Por Miguel Barrios