En las campañas políticas lo importante no es lo que se ve, sino lo que se ve venir. Y lo que se ve venir en la campaña reeleccionista de Juan Manuel Santos –de acuerdo con los más recientes resultados de la encuesta realizada por Cifras y Conceptos para Caracol Radio y Red Más Noticias– es un futuro incierto, en caso de que algunos protagonistas, como el voto en blanco y los indecisos, lleguen a fortalecerse o tomen partido.
En efecto, de acuerdo con el estudio de Cifras y Conceptos –realizado entre el 21 y el 25 de marzo pasado, muestra de 2.500 personas y margen de error de 2.9 por ciento–, el 70 por ciento de los colombianos consultados no votaría por un segundo mandato del presidente-candidato, cifra que no estaba en los cálculos de quienes responden por el diseño y ejecución de la estrategia electoral de la campaña reeleccionista. 'Esos resultados ponen toda la campaña en un escenario que se podría definir con una sola palabra: impredecible', me dijo un analista político con quien conversé sobre los resultados de la encuesta de Caracol Radio.
Al 70 por ciento que se opone a la reelección de Juan Manuel Santos, se suma el 26 por ciento de personas consultadas que afirmó que en las elecciones presidenciales de mayo votarían en blanco; es decir que, si las elecciones fueran mañana, el voto en blanco derrotaría al candidato-presidente. Mientras que un porcentaje considerable de personas consultadas –el 13 por ciento– se mantiene en la franja de indecisos, que son quienes esperan que la campaña avance para tomar partido por alguno de los candidatos o por el voto en blanco, que en esta oportunidad tendrá un papel protagónico, a juzgar por los resultados de las encuestas.
De acuerdo con los resultados de las encuestas conocidas hasta ahora –incluyendo la más reciente de Cifras y Conceptos– el único escenario real es el de la segunda vuelta presidencial, pues ninguno de los candidatos obtendría –hasta el momento– más del 50 por ciento de la votación en la primera vuelta y todos aparecen muy alejados de esa meta. Ni siquiera Santos, cuya apuesta es la de evitarse una segunda ronda en la que debería enfrentarse a posibles alianzas de sus oponentes o se vería obligado a hacer concesiones que afectarían su gobernabilidad.
De acuerdo con la encuesta de Cifras y Conceptos, Caracol Radio y Red Más Noticias, los resultados de la primera vuelta presidencial serían: Voto en blanco (26%), Juan Manuel Santos-Germán Vargas Lleras (23%), Enrique Peñalosa-Isabel Segovia (13%), Óscar Iván Zuluaga-Carlos Holmes Trujillo (11%), Clara López-Aida Avella (9%), Marta Lucía Ramírez-Camilo Gómez (5%), No sabe/no responde (13%).
En el caso de Santos, el asunto se torna mucho más preocupante puesto que su desfavorabilidad alcanzó el 63 por ciento.
¿Qué futuro le espera al presidente-candidato? ¿En la segunda vuelta presidencial se conformará el temido 'Toconsan'? ¿Qué hacer ante la campaña presidencial más aburrida de la historia? ¿Qué harán los candidatos uribistas?
Santos, en el peor de los mundos
De acuerdo con la encuesta de Cifras y Conceptos, en la segunda vuelta Santos le ganaría a cualquiera de los demás contendores así: 27% - 18% a Óscar Iván Zuluaga, 26% - 19% a Enrique Peñalosa, 28% - 14% a Marta Lucía Ramírez y el mismo resultado se presentaría en el enfrentamiento de Santos con Clara López. En todos ellos el voto en blanco oscilaría entre el 40 y el 41 por ciento, es decir no superaría el 50 por ciento del total de la votación, mientras que la cifra de indecisos oscilaría entre el 16 y el 17 por ciento. De manera que el reto para Santos no solo está en ganar, sino en alcanzar un resultado contundente que no comprometa la legitimidad de su mandato y –por supuesto- su gobernabilidad. Y es evidente que con un triunfo apenas superior al 27 por ciento –como indican los resultados de Cifras y Conceptos- no lograría ni lo uno, ni lo otro. De ganar en esas circunstancias quedaría obligado a negociar gobernabilidad con miembros del Congreso de la República, elegidos el pasado 9 de marzo, quienes, obviamente, no desaprovecharán el 'papayazo' para oxigenarse y recuperar buena parte de los millones invertido en sus campañas. Es decir, tendrá que ofrecer más mermelada, más puestos, más contratos. Pero, desde la otra orilla, un resultado tan precario lo debilita ante sus opositores, en este caso la bancada del Centro Democrático, encabezada por el ex presidente Álvaro Uribe, que llegará al Congreso el 20 de Julio con las garras bien afiladas para cobrarle a Santos su traición. Se trata –sin duda– del peor escenario para un Presidente que –en caso de ser reelegido- deberá sacar adelante grandes iniciativas, entre ellas las que tienen que ver las reformas estructurales a la administración de justicia, la salud y la educación. En otras palabras, quedaría en el peor de los mundos: rodeado de 'amigos enmermelados', a quienes les debería su gobernabilidad, y con sus peores enemigos respirándole en la nuca.
De promotor del 'Toconmo' a víctima del 'Toconsan'
En todas las elecciones se vota en la primera vuelta por quien uno quiere que gane y en la segunda contra quien uno no quiere que gane. Ello lleva a que en la segunda vuelta presidencial se formalicen alianzas que resultaban impensables en la primera, donde ninguno de los candidatos ahorra epítetos y reproches contra los demás. Por ejemplo, en la pasada campaña presidencial tanto Germán Vargas Lleras, candidato de Cambio Radical, como Rafael Pardo, aspirante liberal, fueron particularmente críticos con Juan Manuel Santos, pero en la segunda vuelta se convirtieron en sus aliados y fueron determinantes para que derrotara a Antanas Mockus, quien debió soportar el temido y temible 'Toconmo', 'todos contra Mockus'. Ahora el escenario que se estaría conformando es el 'Toconsan', 'todos contra Santos', de manera que el candidato-presidente pasaría de beneficiario del 'Toconmo' en 2010 a víctima del 'Toconsan' en 2014. En esta oportunidad es evidente que por lo menos dos de sus contradictores –Zuluaga y Ramírez– del corazón uribista, serían aliados para derrotarlo. Habría que esperar que cartas jugarían Clara López y su fórmula vicepresidencial. Y aunque se siga pregonando el supuesto 'uribismo de Peñalosa', los hechos recientes demostrarían que la distancia entre el ex alcalde y el ex presidente es cada día más grande.
Peñalosa, muy lejos de Uribe
Lo mínimo que ha dicho los enemigos de Enrique Peñalosa –varios de ellos dentro de su propia partido Alianza Verde- es que se trata del 'caballo de Troya' de Álvaro Uribe para llegar a la Presidencia de la República. Le siguen cobrando el hecho de haberle 'cargado el megáfono' en la pasada campaña por la Alcaldía de Bogotá, que perdió con Gustavo Petro. La derrota y la posición de Peñalosa a favor de los diálogos de paz de La Habana, terminaron distanciando a quienes habían sido no solo aliados políticos, sino buenos amigos. La mejor demostración de que Enrique Peñalosa modelo 2014 es todo menos uribista la acaba de dar al designar a la recién elegida senadora Claudia López como directora programática de su campaña. Con su presencia en las huestes peñalosistas no existe la menor posibilidad de un acercamiento Peñalosa-Uribe ni ahora ni después. Las posiciones de Uribe y López son irreconciliables y eso muy bien lo sabe Peñalosa, quien –por saberlo– fue que nombró a Claudia López como directora programática de su campaña. Y aunque en política lo único cierto es lo que ya pasó, las posibilidades hoy de que Peñalosa siente en la misma mesa a su amiga y consejera con el ex presidente son nulas. López no solo fue la abanderada de las denuncias contra los parapolíticos del país, todos afines y afectos al entonces presidente Uribe, sino que está jugada a fondo con los diálogos de La Habana, cuyo mayor opositor es precisamente el ex presidente. De hecho, uno de los primeros trinos de Uribe, una vez conoció del nombramiento de López en la campaña de Peñalosa, fue una dura crítica a la decisión tomada por el ex alcalde de Bogotá. Por su parte a ella también le llovieron críticas de un amplio sector de los verdes por aceptar el ofrecimiento del –según ellos- 'uribista Peñalosa', quien debe saber que el éxito de su campaña radica, precisamente, en mantenerse alejado de quienes polarizan a los electores: Santos y Uribe.
Campaña aburrida con candidatos sin carisma
Hoy por hoy despierta más pasión el Boletín del Consumidor que la campaña presidencial. Hasta hace unas semanas se decía que la misma 'todavía no ha empezado', puesto que el interés estaba en las para el Congreso. Pero dichas elecciones ya pasaron y la campaña presidencial nada que arranca. La verdad es que ninguno de los candidatos ha logrado sintonizarse con lo que esperan los electores, ni siquiera Santos, quien creyó que la paz sería el issue (problema a resolver) de la campaña, al punto de que la adoptó como bandera electoral. Pero no caló entre los votantes, que se siguen mostrando apáticos. Un reciente estudio del Centro Nacional de Consultoría para la revista Credencial muestra que tan solo el 1,9 de los colombianos cree que la disposición para finalizar el conflicto es muy importante para el país. Buena parte de la responsabilidad de que ello sea así radica en la propia mesa de negociación de La Habana, que apenas muestra algunos resultados parciales –que los colombianos ignoran– y sigue sin producir resultados concretos y contundentes en asuntos que son muy sensibles para los colombianos, como las penas a los guerrilleros por secuestro, extorsión, reclutamiento de menores, narcotráfico, siembra y activación de minas antipersonas y desplazamiento forzado de la población civil, entre otros. Mientras tanto lo que se ve son ataques y asesinatos de soldados y policías por parte de las Farc. De manera que con 'sin temas taquilleros' y con candidatos 'desangelados' y con poco carisma, la campaña presidencial navega por las somnolientas aguas de la apatía y el aburrimiento, lo que hace que los colombianos se apasionen más por el Boletín del Consumidor que por los aspirantes a la Casa de Nariño.