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Llegó el tan esperado día. Con generalizada expectativa entra a regir desde hoy el Tratado de Libre Comercio entre Colombia y Estados Unidos con la simbólica ceremonia del envío del primer contenedor desde Cartagena, oficializando así el trascendental acuerdo de cero aranceles entre ambos países.

Y el gran interrogante que el país entero se plantea es ¿cómo le irá a Colombia en este histórico tratado? Pasando revista por los diversos sectores de nuestra economía, encontramos que algunos auguran grandes beneficios, mientras que otros definitivamente deben ajustarse y hacer de esta crisis una oportunidad de crecimiento que les permita acceder a un mercado potencial de 310 millones de consumidores. Un hándicap es que Colombia no es un país exportador ya que ocupa el décimo puesto en América Latina a nivel de exportaciones.

Fenalco ha estimado que uno de los favorecidos es el sector comercio debido al peso que tienen las importaciones en la economía nacional, siendo el gran beneficiario el consumidor colombiano que puede elegir productos nacionales e internacionales a precios más bajos. Eso obliga a los productos nacionales a ser innovadores y de calidad. Es de reconocer que si se venden más los productos foráneos se afectará la empresa nacional incrementándose el desempleo.

En cuanto al sector salud, representantes del gremio farmacéutico temen que la industria norteamericana invada la nacional dificultándose el acceso a medicamentos, no así al de genéricos.

En el sector educativo el reconocimiento mutuo y convalidación de títulos supone ventajas.

De igual forma se beneficiarán aquellos que necesitan modernizar su maquinaria, pues podrán importar estos bienes de capital con cero aranceles. Los floricultores también están entre los ganadores ya que proyectan un crecimiento en las exportaciones hacia Estados Unidos a partir de beneficios que venían disfrutando desde hace más de 20 años con el Atpdea. La misma perspectiva favorable se vislumbra con el sector textil y de confecciones que ya conoce el mercado norteamericano.

En el sector agropecuario, las frutas, verduras y hortalizas se podrían convertir en exportadores para el mercado gringo, preocupando en especial el arroz y el algodón. Los bananeros ven en el TLC una posibilidad de crecimiento a las 27 millones de cajas anuales que actualmente exportan. El tratado es oportuno para la palma africana, piña, cacao y yuca, entre otros, que salen por la zona del Urabá antioqueño. Los caficultores colombianos consideran que no habrá efectos negativos para ellos, pues el país del norte es un gran comprador de café, el cual una parte lo consume y la otra lo procesa y exporta, pero existen restricciones establecidas para que no nos invadan con nuestro mismo café.

No obstante, existen otros sectores que presagian no muy buenos dividendos. Los avicultores critican que en el acuerdo se hicieron demasiadas concesiones, pues solo este año llegarán al país 27.000 toneladas de pollo, lo cual es grave para un sector que no exporta. Para el sector ganadero se prevén desventajas y pérdidas, ya que Fedegán expone que mientras USA posee 93,8 millones de cabezas de ganado que producen al año más de 87 mil millones de litros de leche, Colombia tiene 24,5 que llega a los 6.400 millones de litros.

Respecto al Caribe colombiano se va a generar mucha más actividad de comercio exterior incrementándose la demanda en los aspectos logísticos más que en los de producción. Otros sectores que se prevé se beneficiarán en nuestra región son: metalmecánica, farmacéutica, petroquímica, plásticos y alimentos. Los sectores de cárnicos y lácteos son los que más deben reforzarse.

En fin, son variadas las expectativas de los diferentes sectores económicos pero todos coinciden en exigir del Gobierno Nacional aduanas más eficientes que hagan los trámites en minutos, rigurosidad en controles fitosanitarios en donde se requieran, y urgentes mejoras en la infraestructura vial, de puertos y en el rescate del río Magdalena.