A un mes exacto del secuestro del periodista francés Roméo Langlois en la Unión Peneya, Caquetá, el mundo entero exige su liberación pues su forzada ausencia se ha convertido en un verdadero atentado contra la libertad de prensa.
Como se recuerda Langlois fue plagiado el pasado 28 de abril durante un enfrentamiento entre efectivos del batallón antinarcóticos colombiano, a quien acompañaba, y el frente 15 de las Farc. Al ser herido en su brazo izquierdo el corresponsal de France 14 se despojó del chaleco protector y de un casco blindado que poseía y se entregó a la guerrilla aduciendo su condición de civil.
No obstante el grupo subversivo ha insistido oficialmente que Langlois es “un prisionero de guerra” ya que fue capturado utilizando prendas militares y en pleno combate. Es por esto que ha condicionado su entrega a la apertura de un amplio debate nacional e internacional sobre la libertad de información. Las Farc tiene el convencimiento de que los comunicadores que suelen acompañar al ejército nunca son objetivos sino que manipulan la verdad y es por eso que exigen tal debate el cual a no dudarlo se convertiría en un espectáculo mediático que le daría renovadas luces a nivel internacional al grupo insurgente.
La cúpula del movimiento subversivo ha expresado su voluntad de liberar al periodista francés posiblemente para este miércoles 30 entregándolo a una comisión conformada por la Cruz Roja, un delegado del nuevo presidente galo Francois Hollande y la ex senadora Piedad Córdoba. Colombianos y Colombianas por la Paz por su parte han solicitado al mandatario Juan Manuel Santos evitar el rescate militar, clarificar la situación en la que se encuentra el periodista y buscar una respuesta que se ajuste las normas establecidas en el Derecho Internacional Humanitario, como una forma de contribuir a la humanización del conflicto armado colombiano.
Este secuestro ha trascendido las fronteras internacionales y el gobierno francés anunció que la percepción de seguridad que tiene esa nación respecto a Colombia no cambiará y que no emitirá una alerta de viaje ya que no hay amenazas específicas contra ciudadanos franceses.
Como es bien sabido no hay país del mundo que valore más la libertad que Francia. Este preciado valor está representado en sus símbolos patrios a través de su escudo y de su himno. Está encarnado en el célebre cuadro de Delacroix, “la Libertad guiando al pueblo” y hasta en la majestuosa estatua de La Libertad, monumento nacional de los Estados Unidos, diseñada y construida por los franceses Frédéric Bartholdi y Gustave Eiffel y regalada por el pueblo galo a los americanos con motivo del centenario de la Declaración de su Independencia.
El valor de la libertad históricamente fue consagrado en la Declaración de los Derechos del Hombre aprobada por la Asamblea Nacional Constituyente francesa en 1789 y que además de haber inspirado la Declaración Universal de los Derechos Humanos tuvo influencia en la construcción de nuestra Constitución Colombiana.
Es por esto que todos los colombianos nos unimos hoy al clamor mundial en la exigencia por la pronta liberación del periodista Langlois, quien lleva muchos años viviendo en nuestro país, y que, todo indica, actuó por cuenta y riesgo propio, asumiendo las condiciones de vestuario que el ejército le exigió para hacer su trabajo periodístico.
También es un hecho que esta violación de los derechos fundamentales de este reportero franco es incongruente con el compromiso adoptado por esa guerrilla de no volver a secuestrar y afecta enormemente la imagen de sinceridad de las Farc en su posición dentro del marco legal para la Paz impulsado por el actual gobierno. Por lo tanto exigimos la pronta liberación del descendiente del país de la Libertad.