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En una imponente ceremonia en Montería, la Perla del Sinú, se dio inicio ayer a los XIX Juegos Deportivos Nacionales Carlos Lleras Restrepo 2012.

En un momento crítico de la realidad nacional estas Olimpiadas criollas se desarrollarán durante 15 días, hasta el 17 de noviembre, como una importante contribución a la concordia y apaciguamiento de los colombianos.

Lo cierto es que esta magna cita se constituye en un gran desafío de superación y progreso para un departamento ganadero, agrícola, turístico y minero como lo es Córdoba, que en las últimas décadas ha sido tan golpeado por la violencia inmisericorde de grupos armados y de narcotráfico que generaron dolorosas masacres y un clima de terror entre sus habitantes.

Es por esto que hay que apoyar este gran esfuerzo en que el pueblo cordobés saca la cara por el Caribe colombiano, siendo sede principal de esta trascendental cita deportiva que se da cada cuatro años en el país.

Estas justas son realmente una vitrina para demostrar a Colombia y al mundo no solo la pujanza y calidez humana de su gente, sino que son capaces de organizar con todas las de la ley memorables fandangos, festivales y folclóricos bullerengues, al igual que eventos de tanta magnitud como esta fiesta.

Esta edición de los juegos, en la que se han inscrito 5.144 deportistas en todo el territorio patrio, se escenificará en tres departamentos: Córdoba (en las ciudades de Montería, Cereté, Lorica y San Antero), Norte de Santander (en Cúcuta, Ocaña y Pamplona) y Cauca (en Popayán, Santander de Quilichao y Timbío), siendo su sede alterna Valle del Cauca (Cali).

Como principal atractivo se cuenta con la presencia de los medallistas de los Juegos Olímpicos de Londres-2012, Catherine Ibargüen, Óscar Muñoz, Jackeline Rentería, Yuri Alvear, Óscar Figueroa y Carlos Oquendo.

Como dato curioso, por primera vez el pasado 16 de octubre en el templo sagrado de Nabusímake, territorio Tayrona, a 3.600 metros sobre el nivel del mar, el Consejo Indígena conformado por los mamos arahuacos, kankuamos, wiwa y koguis prendieron en un solemne ritual el fuego sagrado de la antorcha de los XIX Juegos Deportivos Nacionales y de los III Paranacionales de diciembre próximo.

A partir de esta edición quedará institucionalizado para siempre que el fuego deportivo se encienda con este ritual a orillas del río San Sebastián, allí donde nace el sol, en la Sierra Nevada de Santa Marta.

Esperamos que en esta ocasión la cosecha mejore para el Atlántico y que se logre escalar merecidamente hacia más elevadas posiciones dentro de la clasificación nacional, pues estos juegos a la vez reflejan una evaluación que cada 4 años se hace a la gestión de los procesos deportivos en cada uno de los departamentos del país.

Para las próximas ediciones se tiene gran esperanza en que el rendimiento de nuestros deportistas mejore considerablemente con la pista atlética que la Alcaldía Distrital de Barranquilla en poco tiempo inaugurará en el Estadio Metropolitano, la cual, al decir de su secretario de Deportes, Joao Herrera, estará a la altura de los grandes del mundo.

Es un compromiso que las 236 personas entre deportistas, técnicos y delegados que se desplazan a estos Juegos, encabezados por el director de Indeportes, Ramón Carbó, y el histórico olímpico Helmut Bellingrodt demuestren no sólo el poderío del deporte atlanticense, sino también qué tanto hemos progresado en las diferentes disciplinas atléticas y que dichos avances se vean reflejados en la obtención de un alto número de medallas doradas.