"La renovación del Centro Histórico de la ciudad hace parte del proceso de cambio al que ha sido sometida La Arenosa. El plan comenzó por El Paseo Bolívar.s

Se había vuelto costumbre que para hablar de Barranquilla los medios de comunicación, tanto nacionales como internacionales, solo tuvieran en su agenda dos temas: el Junior y el Carnaval. De hecho, ellos son dos de los símbolos de la ciudad, como también lo es el Hotel El Prado. Pero de un tiempo para acá, Barranquilla también es noticia por ser sede de una serie de eventos que la volvieron a poner en las primeras páginas de periódicos y revistas.

Hoy la ciudad, que en los años 30 se ganó merecidamente el rótulo de La Puerta de Oro de Colombia, empieza a tomar un segundo aire que la podría proyectar de nuevo como un polo de desarrollo nacional. Esa especie de cuarto de hora feliz de la ciudad, tiene mucho que ver con el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, así como con los otros acuerdos comerciales que se han celebrado y se van a celebrar con otros países, pero también es producto de la continuidad que se les ha dado a programas diseñados y ejecutados por las dos últimas administraciones tanto departamentales como distritales. Es decir, Barranquilla es hoy, como lo fue Bogotá hace algunos años, un modelo de ciudad en la que sí es posible construir sobre lo construido, independientemente del color político de quienes estén al frente de las administraciones. El manejo responsable de los recursos y la inversión en sectores estratégicos son ejemplos que otras ciudades están imitando.
La transformación administrativa de Barranquilla es evidente y ella se traduce en nuevas oportunidades de inversión y en nuevos frentes de negocios.

De hecho, a la ciudad llegan diariamente empresas nacionales y extranjeras interesadas en abrir sucursales y nuevas oficinas. Hoy todos hablan de Barranquilla, pero hablan bien. Y eso es bueno para la ciudad, pero también para quienes apuestan por su desarrollo con equidad social y con oportunidades para todos.

Privilegio geográfico y ventaja estratégica
Desde hace unos ocho años el país viene hablando de prepararse para enfrentar el TLC con Estados Unidos. Pero como siempre sucede en Colombia es más lo que se ha dicho que lo que se ha hecho sobre el tema. En esa coyuntura nacional y ahora que el Tratado ya tiene fecha de inicio -el próximo 15 de mayo- es bueno mirar el contexto nacional y regional para saber las debilidades, fortalezas, oportunidades y amenazas que tenemos para hacer frente al reto comercial, que además no es el único, puesto que está en ejecución un tratado con Canadá y otro con México y está casi listo otro con Corea. Esas circunstancias han terminado beneficiando a Barranquilla, en tanto se trata de la ciudad que tiene la mejor situación estratégica para suplir las necesidades de exportadores e importadores con miras a los tratados. La ciudad cuenta con puerto, aeropuerto y una red de carreteras interconectadas con las otras ciudades de la Región Caribe, así como un puerto fluvial para navegación de cabotaje hacia el interior.

Es decir, tiene la infraestructura para hacerle frente al reto, pero todos esos frentes deben ser optimizados si se pretende mejorar su competitividad y la de la Región. A todo ello -que son meras ventajas geográficas- se suma la afortunada coincidencia de que en los últimos cuatro años Barranquilla ha sufrido una notable transformación administrativa que terminó por convertir en ventajas competitivas y logísticas lo que es un privilegio geográfico. Y a su vez la transformación administrativa, reconocida por propios y extraños, está acompañada de una alianza estratégica con sectores empresariales, industriales y gremiales de la ciudad. Es, pues, un buen momento.

Cuando el continuismo produce buenos resultados
En los últimos años Barranquilla ha logrado, poco o poco, desmitificar ese concepto preconcebido que de ella se han formado en el interior del país de ser poco menos que el “paraíso del desgreño administrativo y la corrupción generalizada”. Por fortuna los tiempos han cambiado y Barranquilla goza hoy de muy buena salud y es considerada un ejemplo nacional de cómo sí es posible transformar una ciudad cuando los sectores públicos y privados suman voluntades en el cumplimiento de un propósito común. No se trata, obviamente, de desconocer que aún quedan tareas pendientes en la lucha contra la corrupción, que debe ser implacable, así como el cumplimiento de metas en la lucha contra la desigualdad social. En el pasado reciente, la primera transformación del Departamento y la ciudad se dio con Gustavo Bell, en la Gobernación, y Bernardo Hoyos, en su primera administración –pues la segunda fue muy distinta, hasta el punto de que terminó ‘borrando con el codo’ lo que había escrito con las manos en la primera. Posteriormente, con la llegada de Eduardo Verano a la Gobernación y Alejandro Char a la Alcaldía, quienes fueron sucedidos por José Antonio Segebre y Elsa Noguera, los astros volvieron a alinearse, hasta el punto de que hoy podríamos hablar de administraciones que dieron continuidad a aquellos programas que los primeros ejecutaron con éxito, algo que muy poco se da en Colombia. En el caso de Barranquilla, esa continuidad empezó a producir frutos, como sucede, por ejemplo, con los indicadores de desempleo que son hoy por hoy uno de los más bajos del país. A su vez el Departamento adquirió una dinámica propia que ha hecho que los dos últimos gobernadores figuren entre los de mayor favorabilidad y respaldo. De hecho, Verano fue elegido como el mejor Gobernador del país.

Todos quieren con Barranquilla
La lista de eventos que en los últimos meses han tenido como epicentro a Barranquilla parece interminable. En efecto, la ciudad ha congregado al Presidente de la República y buena parte de su gabinete, quienes en un Consejo para la Prosperidad se comprometieron a hacer realidad la navegabilidad del Río Magdalena, vital para el desarrollo de la ciudad y la Región Caribe.

También ha sido sede de mega-eventos, como Expogestión 2012, que contó con la participación de connotados gurús de la economía mundial, entre ellos Michael Porter, voz cantante de la Competitividad en el mundo, quien ponderó el valor estratégico de la Región y de Barranquilla de cara a los Tratados de Libre Comercio.

De igual manera participaron Gary Hamel, docente de London School of Economics y Harvard, y Peter Sims, voz autorizada en Emprendimiento. Barranquilla también ha sido sede del Foro Caribe Siglo XXI, organizado por EL HERALDO y la Universidad del Norte, al que asistieron, entre otros, el presidente Santos y los ministros del Comercio Exterior y Transporte; el encuentro sobre Ciudades Sostenibles y Competitivas, organizado por el BID y Findeter; también se realizó el Foro ExpoProBarranquilla, al que asistió el ministro de Comercio Exterior y expertos en el tema aduanero, como Armando Beteta, entre otros.

¿En qué está la clase política?
Resulta por lo menos curioso que ese nuevo aire transformador que viven la ciudad y el Departamento no encuentre eco en un amplio sector de la clase dirigente tradicional que sigue enfrascada en viejas rencillas y en darle continuidad a un modelo de hacer política que está revaluado en el mundo entero. Esa vieja clase política parece no darse cuenta de que hoy los nuevos vientos soplan hacia la globalización y la apertura de mercados, en materia económica; y hacia el multipartidismo en materia política. Sin embargo, esa clase política tradicional del Departamento y la ciudad sigue empeñada en la defensa de sus feudos burocráticos como el gran trofeo que les pueda garantizar su supervivencia. Ese comportamiento mezquino no se compadece de la realidad que se empieza a vivir. Llama la atención, por ejemplo, la ausencia de concejales de Barranquilla y de diputados del Atlántico, así como de Representantes y Senadores del Departamento en casi todos los eventos que se han realizado en la ciudad y en los que se está definiendo buena parte de su suerte. Esa vieja clase política parece no darse cuenta de que los tiempos cambiaron y que las transformaciones se harán con su concurso o sin él. Mientras ellos pelean puestos y contratos, la ciudad y el Departamento comienzan a construir su futuro con entusiasmo y optimismo.

Óscar Montes
La Ley del ‘Montes’
@leydelmontes

 

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