Zona Cachacal lanza SOS por casos de VIH y tuberculosis

Ana Isabel Berruecos, más conocida como La Caleña en la Zona Cachacal, asegura que desde que llegó a ese deprimente sector de Barranquilla, hace unos 40 años, ha sepultado más de 60 personas, entre drogadictos, habitantes de la calle y prostitutas que han muerto por causas violentas y diversas enfermedades.

Ahora le angustia tener que seguir enterrando gente por los numerosos casos que, según ella, han arrojado positivo en las pruebas de VIH y tuberculosis. Afirma que son cerca de 80 los contagiados, en su mayoría indigentes que frecuentan la zona, ubicada entre San Roque y el Centro.

“La situación es muy preocupante porque estas personas no tienen un lugar donde puedan internarlas y brindarles los tratamientos necesarios. En el Hospital General los atienden de urgencia, pero al poco tiempo les dan de alta porque no hay capacidad para mantenerlos ahí hasta que se recuperen”.

Señala que desde que cerraron el pabellón para enfermos de VIH en ese centro asistencial, la problemática se ha agudizado, ya que “los contagiados quedaron desamparados, no les dan medicamentos y están muriendo como animales tirados en la calle”.

Para la líder comunal, quien ejerció la prostitución y se rehabilitó de la adicción a las drogas, una de las prioridades de esa comunidad es la construcción de un albergue donde todos puedan vivir dignamente. Así se lo manifestó a la alcaldesa Elsa Noguera en una visita que la mandataria hizo a la Zona Cachacal el sábado.
Consultada por EL HERALDO, la secretaria de Salud Distrital, Alma Solano, indicó que se viene trabajando con los habitantes de la calle para la identificación de casos con tuberculosis.

Informó que han detectado 200 contagiados en la ciudad y recibirán tratamiento en un lugar llamado El Patio, habilitado por la Secretaría de Gestión Social en el barrio Rebolo.

En cuanto a los casos de VIH en la Zona Cachacal, la funcionaria anunció que verificarán las cifras reveladas por La Caleña, ya que “no son datos oficiales y no se debe alarmar a la comunidad”.
Sin embargo, se comprometió a garantizar la atención necesaria para la población afectada. “Ya empezamos a verificar el censo de trabajadoras sexuales, según el cual hay unas 1.800 en Barranquilla”.

Explicó que “tener un pabellón exclusivo para el tema de VIH es discriminatorio porque son personas que en determinado momento podrían ser atendidas en cualquier centro asistencial. Es mas, hoy la red de servicios de Barranquilla cuenta con habitaciones aisladas para los casos en que sus patologías así lo ameriten, que no puedan estar en contacto con otros factores de riesgo, y habitaciones compartidas para los casos en los que su patología no requiera un aislamiento”.

Por Víctor Ovalle Gil
victor.ovalle@elheraldo.com.co