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Percepción de pobreza vs. pobreza monetaria

Las cifras de pobreza monetaria para el año 2012 dadas a conocer por el Dane corresponden a una medida objetiva de la pobreza registrada en el país y en sus ciudades. Sin embargo, otra manera de aproximarse al complejo y multidimensional fenómeno de la pobreza consiste en preguntarle a los individuos si, desde su parecer, se consideran pobres o no, obteniendo así una medida de pobreza subjetiva de la población. Según Jesús Villero, economista y miembro del equipo del Programa Barranquilla Cómo Vamos, 'al comparar las cifras de pobreza objetiva (monetaria) reveladas por el Dane con las cifras de pobreza subjetiva obtenidas de la Encuesta de Percepción Ciudadana de la Red de Ciudades Cómo Vamos del año 2012 para las diez ciudades que conforman la Red, se encuentra una asociación positiva entre las dos: aquellas ciudades con mayor incidencia de pobreza monetaria reportan, en general, mayores niveles de pobreza subjetiva'. Villero apunta que 'este hecho no es muy sorprendente, ya que por ejemplo para el caso de Barranquilla la encuesta muestra que la principal razón que manifiestan los ciudadanos para considerarse a sí mismos como pobres es que los ingresos disponibles no alcanzan para cubrir las necesidades del hogar'.

Sin embargo, Villero aclara que 'ambas medidas pueden diferir porque las personas pueden asociar la pobreza con factores directamente no monetarios'. Así, podríamos dividir las 10 ciudades de la Red Cómo Vamos en dos grupos:
k Aquellas donde la pobreza subjetiva es mayor que la pobreza monetaria: Ibagué, Bucaramanga, Bogotá, Valledupar y Cali.

k Aquellas donde la pobreza subjetiva es menor que la pobreza monetaria: Manizales, Pereira, Medellín, Cartagena y Barranquilla.

¿Cómo se mide la pobreza monetaria?

El enfoque de pobreza monetaria mide la pobreza en términos de ingresos del hogar. Se utiliza una línea de ingresos por hogar para determinar el nivel de pobreza y pobreza extrema en la población. En esta metodología utilizada por el Dane se clasifica a una persona que hace parte de un grupo familiar como pobre cuando sus ingresos no superan un monto mínimo para satisfacer sus necesidades esenciales. Para el cálculo de este monto mínimo se construye por medio de encuestas una canasta de bienes representativa que cubra las necesidades nutricionales de las personas determinando la línea de indigencia, y se le agrega el monto requerido para satisfacer sus necesidades básicas no alimentarias, con el fin de determinar la línea de pobreza.

Las líneas de pobreza e indigencia son útiles para medir si las políticas emprendidas por el gobierno nacional han logrado mejorar el ingreso monetario de las personas con respecto a una línea de referencia, y bajo la cual se puede determinar si el porcentaje de pobres e indigentes ha aumentado o ha disminuido en un período de tiempo determinado, siendo por tanto un buen indicador para orientar las políticas públicas.