“Propensión a ver y juzgar las cosas en su aspecto más favorable”. Ese, según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, es el significado de optimismo, palabra proveniente del latín optimum, también concebida como doctrina filosófica. Es la inclinación del 76% de los barranquilleros encuestados por la firma Gallup entre el 25 de abril y el primero de mayo en su estudio bimestral a nivel nacional, quienes ven a la ciudad cada día mejor aún en medio de mayúsculos problemas nacionales.
Llama la atención que Curramba se mantenga como una isla feliz en medio del mar de caras tristes que inunda al país. Justamente, la afectación invernal que tiene sumidas varias regiones, incluso buena parte del mismo Caribe, incide, según analistas, en la tendencia pesimista mayoritaria, al igual que los escándalos de corrupción que se han vuelto de consumo prácticamente diario.
Aunque el estudio va ligado con la labor del alcalde actual, Alejandro Char, hay académicos que piensan que no necesariamente, en el caso de Barranquilla, debe haber una buena gestión para que se desborde el optimismo. La causa sería la misma naturaleza Caribe, esa que ha permanecido incólume a través del tiempo y por encima de las adversidades, separada levemente, en concepto de unos, del conformismo pero directamente relacionada para otros.
El sociólogo Édgar Rey Sinning plantea que el optimismo Caribe se refleja en los barranquilleros porque siempre tienden a convertir las desgracias en oportunidades para vivir mejor e incluso para festejar.
“Para mí -sostiene-, tiene que ver con una postura sobre la vida, nosotros vemos la vida con los colores del Caribe, del sol, del mar, de la misma montaña. Por ejemplo muchos costeños no pensamos que el mundo se va a acabar como dicen algunas religiones, el mundo se acaba para el que se muere”.
Rey reconoce que puede haber un poco de conformismo, mas explica que aunque no haya bienestar económico se cuenta con expresiones artísticas, culturales y deportivas que dan una cosmovisión diferente a la de alguien del interior del país.
María Mercedes Botero, experta en sicología del consumidor, atribuye los resultados a que en el Caribe y particularmente en Barranquilla las personas son confiadas por naturaleza y por esencia le apuestan a que mañana será mejor.
“El clima también incide -añade-, el sol sale todos los días; además que somos jóvenes todavía, no tenemos un componente histórico de guerras, de engaños, de traiciones hacia atrás”.
Para Botero, el dicho popular “cógela suave” ha penetrado tanto que contagia, aunque aclara que no se trata de ser conformistas. Lo cierto, en su concepto, es que el optimismo no puede negar la realidad sino, por el contrario, aprovechar ese estado generalizado para emprender iniciativas que permitan atender los acontecimientos que afectan a una población como el invierno.
El activista cívico Jaime Lustgarten, miembro fundador del Frente Común por Barranquilla, piensa que esa visión de la vida reflejada en la encuesta no tiene nada que ver con la labor de la administración distrital.
“La gente quiere relacionar el optimismo con la actual alcaldía y eso no tiene que ver, somos optimistas porque no importa lo que esté pasando, luchamos por salir adelante”. Y añade que no quiere decir que se esté de acuerdo con las políticas de manejo de la ciudad “aunque se trate de hacer ver como si eso fuera así”.
“Sentido de pertenencia”
No solo al alcalde Alejandro Char Chaljub le fue bien en la encuesta de Gallup, también le pasó al gobernador del Atlántico, Eduardo Verano De La Rosa, con un 74% de aprobación de su gestión.
Sobre el particular dice sentirse muy contento porque considera que realmente refleja un sentido de pertenencia de la gente para con la ciudad y el departamento.
“Hay motivos para sentirse así, lo que está haciendo la Gobernación es una inversión de más de un billón de pesos este año, con más de 300 obras; lo que está haciendo la Alcaldía, el sector privado, que se están invirtiendo más fábricas, más almacenes, el comercio se está fortaleciendo, por eso creo que sobran motivos para estar optimistas”, argumenta Verano.
Su planteamiento es coincidente con el análisis de Prospectiva Económica que hace periódicamente la Fundación para la Educación Superior y el Desarrollo (Fedesarrollo). Para el segundo trimestre de 2011 planteó que “el buen resultado de la economía colombiana durante el último trimestre de 2010 demostró que el impacto de la ola invernal sobre el desempeño de la economía colombiana fue mucho más limitado al estimado inicialmente por Fedesarrollo. La relativa resistencia del proceso de recuperación permite retornar al escenario de crecimiento ligeramente más optimista presentado en la edición de octubre (...)”.
Por Karina González
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