El Heraldo
Evelina Cabrera es la presidente de la Asociación Femenina de Fútbol Argentino, pero antes tuvo que transitar un duro camino. Cortesía
Barranquilla

El fútbol le salvó la vida a Evelina

Pasó de las calles a la dirigencia en Argentina.

Una de las frases favoritas de Evelina Cabrera es “el mundo es tuyo”. La inmortalizó el actor estadounidense Al Pacino en la exitosa película de los 80 Scarface, en la que un delincuente cubano llamado Tony Montana se convierte en refugiado en Estados Unidos, y luego construye un millonario imperio como traficante de cocaína en las calles de Miami y todo el territorio norteamericano.

Para esta mujer argentina de 29 años, la película reflejó que todo se puede lograr, así partas de cero y cuando parezca que el mundo está en tu contra.

No va a delinquir ni mucho menos, su ‘arma’ para salir adelante, luego de superar terribles obstáculos en la siempre dura vida de la calle, fue el fútbol, el deporte más popular del mundo.

De las calles a la dirigencia
¿Pero quién es Evelina Cabrera? Su nombre puede que sea desconocido en Barranquilla y en muchas partes de Colombia, pero su historia de vida tiene todos los ingredientes propios de quien se forma en las calles y logra salir de estas, derrotando la violencia que se vive allí y a las drogas que siempre hacen su aparición.

Evelina es la presidente de la Asociación Femenina de Fútbol Argentino desde hace dos años. En el 2015 descubrió en ella su faceta de conferencista, dictando charlas en su país y en algunos países de Sudamérica.

Estuvo en Cali a mediados de octubre como invitada a la inauguración de la Copa Claro, torneo infantil nacional que reunió a niños de entre 8 y 12 años, a los cuáles les habló acerca de su historia de vida.

“A los más chicos hay que darles historias ajenas para que se den cuenta de lo que pueden lograr con disciplina a través del deporte. En las calles a veces muchas cosas parecen fáciles, pero pueden dañar tu integridad y sin darte cuenta te vas hundiendo. Yo creía que era libre, pero era una prisionera de una vida que te puede absorber fácilmente”, comenta.

De a poco narra su historia, con tranquilidad, pero a veces se tensiona, por todo lo que vivió y solo hasta ahora se da cuenta de las tantas veces que estuvo en riesgo de morir, por el simple hecho, como ella dice, “de tenerle miedo a vivir”.

“Yo me fui de mi casa a los 15 años, no toleraba nada en mi casa, pues mis viejos se habían separado. Empecé a cuidar coches en el barrio Puerto de Frutos en Tigre, y los paraderos de las prostitutas en el barrio Palermo, en Buenos Aires. En las calles me di cuenta que la gente te mira como un decorado, no eres nada, debes ser fuerte y salir adelante.

Toqué fondo cuando conocí a un hombre y tuve una decepción amorosa que me llevó a intentar suicidarme con unas pastillas. Yo no era nada”, afirma muy tranquila, consciente de que su pasado le ha servido para ser hoy una persona mejor.

Luego de recuperarse de su intento de suicidio, empezó a estudiar para docente de Coaching Ontólogico y a jugar fútbol.

“Ingresé a un equipo, dejé las drogas, abandoné las calles y volví con mi familia, me recibieron y supe que tenía un futuro por delante, había otras opciones para mí. Ahora soy dirigente y dicto charlas, apenas tengo 29 años y he muerto y vivido muchas veces, eso es lo que ahora me hace más fuerte”, sostiene.

¿Qué te dejó tu experiencia en las calles?
Me hizo dar cuenta que todos somos mortales y que nadie va a interceder por ti, tienes que salir adelante tu solo, así la mala suerte siempre esté presente.

¿Cómo fue tu experiencia cuando intentaste suicidarte?
La verdad es algo que recuerdo poco, ingerí unas pastillas y perdí el conocimiento. Cuando desperté estaba en una clínica fuera de peligro. Lo único que agradezco a Dios es que no lo logré, me hubiera perdido de mucho.

¿Qué te llevó a esto?
A los 17 tenía un novio que me golpeaba y quería frenar esa situación. Me tomé un montón de porquerías, por suerte fallé. Volví a Puerto Frutos, que era donde me daban comida y vi en la tele a una nena en silla de ruedas y me dije a mi misma “estúpida”, porque yo estaba bien, con mis piernas y todo. Volví a la casa de mi viejo y ahí empezó mi recuperación.

Cuando ibas a jugar a nivel profesional una enfermedad casi te daña todos tus planes…
Cuando iba a entrar en el Atlético Platense en el 2012 me descubrieron un quiste en el útero. Fue por exceso de deporte. Después de una vida sedentaria y de fumar, se ve que mi cuerpo no aguantó el entrenamiento de alto rendimiento que tiene el fútbol. Más allá de retirarme totalmente del fútbol, me preparé y hoy estoy a cargo de la Asociación de Fútbol Femenino de la Argentina, realizamos torneos cada año con 20 equipos, pero además nos preocupamos por las chicas, a las de escasos recursos les damos oportunidades de estudio para que su vida sea mejor.

¿Qué quiere usted en lo personal, como metas por cumplir a futuro?
Quiero una familia, tener hijos, estoy comprometida hace cuatro años, espero que este año él sí se decida (risas). Ya tengo varias ‘hijas’, que son todas mis jugadoras, las amo y haría lo que sea por ellas. Ellas creían en un principio que todo esto era una locura, pero la Secretaría de Deportes nos apoyó mucho y mirá por donde vamos ya.

¿Por qué le gusta tanto la frase dicha por Tony Montana en Scarface?
Él era un narco de lo peor y ahí desvió el camino, pero me llama la atención fue que llegó de Cuba sin nada en sus bolsillos y se propuso que en determinado lapso debía ser millonario y así lo hizo, la forma en que lo logró ya es otra cosa. En una parte del filme se ve la frase en un globo y él la mira con mucha intensidad, como repitiéndoselo para él mismo y mira todo lo que pudo conseguir.

¿Por qué su afición por los tatuajes? ¿Cuántos tiene?
Me gustan porque simbolizan siempre cosas en mi vida, me faltan todavía varios. Tengo cinco, una temática de San Expedito, que es el santo en el que creo; la frase the world is yours (el mundo es tuyo), un trébol dentro de un diamante para la buena suerte; un libro, ya que espero escribir algún día uno; y unas rosas en una corona, para siempre sonreírle a la vida con estas plantas tan bonitas.

¿Te gustó Colombia?
¡No me quiero ir, esto es muy lindo y la gente es de lo mejor! Acá en Cali están muy organizados, son modelos que debemos copiar, espero que algún día me inviten a Barranquilla, me dicen que son muy alegres en esa zona, me encantaría conocer esos lugares.

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