José TorresHemel Noreña Cuello y Nilson Ordóñez, propietario y representante legal de Sky Bar. sLuego de conocerse el fallo judicial que ordena el cierre definitivo de dos de los más reconocidos centros nocturnos de homosocialización de Barranquilla, la polémica se encendió entre algunos vecinos que miran con buenos ojos esta decisión que para ellos trae tranquilidad, y los airados miembros de la Comunidad LGBT, que ven en esta decisión una clara persecución y un acto discriminatorio.
Para la comunidad LGBT en general, tanto la sentencia judicial, como el procedimiento de cierre, tienen un evidente tinte homofóbico.
Por su parte vecinos del sector aseguran que la contaminación auditiva que producen estos establecimientos son los motivos por los cuales se encuentran de acuerdo con el fallo, recalcando que la condición y la elección sexual de quienes lo frecuentan no es motivo para estar en contra de estos sitios.
El administrador y residente del edificio Rivoi deja por sentado en un correo electrónico enviado en horas de la tarde de ayer a EL HERALDO, su posición frente al polémico tema, “estamos en contra del ruido que día a día se genera desde estas discotecas, perturbando el buen dormir de quienes residimos en el barrio. Llevamos ya varios años, denunciando ante las autoridades de control la anomalía, pero no hay solución”. En la comunicación recalca que “no estamos en contra de la condición sexual de quienes frecuentan o son dueños de los establecimientos cerrados”.
No obstante, para Wilson Castañeda Castro, director de Caribe Afirmativo y líder de la Comunidad LGBT, el establecimiento Sky Bar Discoteca ha cumplido con la normatividad sin ninguna dificultad administrativa y este proceso en su contra, resulta una clara persecución y un acto que va en contravía de las políticas públicas establecidas desde el mismo Ministerio del Interior en pro de esa población.
Para Fernando Palacio, administrador de Estudio 54, este tipo de publicidad negativa le acarrea un mal inimaginable y opina que, “mire, de este negocio depende toda mi familia y 15 empleados que tengo. Además, este tema del ruido por el que supuestamente nos cierran no es tal, si en Barranquilla hay ruido por todos lados, todos los negocios tienen ruido. A nosotros nos persiguen y nos castigan es por la homofobia y el moralismo fácil que se maneja en Barranquilla”.
Vanessa Rojas, Reina del Carnaval Gay de este año, se encuentra indignada y afirma que el fallo es una persecución a la que no le ve ningún sentido. “Estos sitios son nuestros clubes y de ahora en adelante no tenemos dónde ir a promocionar los eventos. Estoy bastante chocada”, recalcó.
Eusebio Castro, Jefe de Prensa de la Corporación Autónoma del Carnaval gay, afirmó que “sentamos nuestra voz de protesta por esta decisión, que nos parece un atropello contra nuestros derechos”.
Para Nilson Ordóñez, representante Legal de Sky Bar Discoteca, el procedimiento posee un sinnúmero de irregularidades, “empecemos por el cambio a la razón social del negocio, sin olvidar que tenemos documentos donde el mismo Damab nos da un informe positivo por los decibeles y el ruido que se manejan en el local; la manera en que se ejecutó todo el proceso indica que hay una actitud sesgada contra nosotros que somos totalmente aparte de Estudio 54”, reiteró.
Para Oona Hernández Palma, abogada que ha atendido el caso de Estudio 54 en los últimos años, los conceptos que defiende el fallo son muy etéreos y difíciles de defender, como la moral pública.
Orgullo LGTB responde
Consideramos que el fallo tiene tinte claramente homofóbico, ya que al ser verificada la preexistencia sin problemas de todos los permisos pertinentes para funcionamiento de los establecimientos, la medida además de un perjuicio patrimonial para los propietarios de los establecimientos representa una violación al derecho a la igualdad de los ciudadanos LGBT de la ciudad de Barranquilla.
Por Redacción local
